Al comprar un electrodoméstico para secar la ropa, debes elegir entre las secadoras de condensación o con bomba de calor. Esta selección no solo marcará una gran diferencia en tu rutina del lavado de ropa, sino que también podrá significar un ahorro en tu consumo energético. En este artículo, exploramos estas dos tecnologías para ayudarte a tomar la mejor decisión.
El uso de una secadora te ofrece una variedad de beneficios que aumentan significativamente tu calidad de vida y simplifican las tareas del hogar. Y se vuelven indispensables en regiones con largas temporadas donde predomina un clima frío, húmedo o lluvioso. O cuando no hay espacio disponible en el hogar para colgar las prendas.
La ropa mojada puede ser una tarea tediosa y agotadora, especialmente si tienes una gran cantidad de prendas pesadas. La secadora elimina la necesidad de colgar la ropa, lo que reduce el esfuerzo físico y te libera tiempo para otras actividades.
Por otra parte, el uso de una secadora ayuda a prolongar la vida útil de la ropa. Esto asegura un secado uniforme de todas las prendas, evitando que algunas partes queden húmedas mientras que otras se secan en exceso. Y evita la exposición directa al sol, lo que puede dañar los colores y tejidos de algunas prendas.
Secadoras de condensación
Las secadoras de condensación utilizan un sistema de condensación para extraer la humedad de la ropa y convertirla en agua, que luego es drenada. Recolectan el aire del exterior, lo calientan con una resistencia eléctrica y lo vierten sobre la ropa. Al mismo tiempo, introducen por otro conducto aire frío y seco del exterior a un depósito, donde se mezcla con el aire caliente proveniente del tambor. Luego, el aire caliente se enfría y la humedad que transporta se condensa y se convierte en agua, que es eliminada a través de un desagüe.
Su diseño simple hace que este tipo de secadoras suelan ser las más económicas del mercado, además de las más simples de dar mantenimiento. Y, por lo general, secan la ropa más rápido que las secadoras con bomba de calor.
En contraparte, como constantemente deben generar aire caliente, tienden a consumir más energía que las secadoras con bomba de calor. También suelen resultar más agresivas con las prendas elaboradas con tejidos delicados.
Secadoras con bomba de calor
En las secadoras con bomba de calor, en principio se introduce aire frío del exterior, el cual se calienta y pasa al tambor, donde hace que la humedad contenida en la ropa se evapore. Luego, el aire caliente que ha absorbido la humedad de la ropa es transportado hasta el condensador, donde traspasa su calor a un líquido refrigerante y se condensa la humedad. De este proceso se obtiene un aire frío que pasa de nuevo al calentador, donde se vuelve a calentar y el proceso se reanuda.
La recirculación del aire y la mayor eficiencia energética de su funcionamiento hacen que este tipo de secadoras consuma significativamente menos energía que las secadoras de condensación. Por otra parte, al realizar el secado con menor temperatura, dan un trato más suave a las prendas delicadas.
Poseen la desventaja respecto a las secadoras de condensación de ofrecer un mayor tiempo de secado. Y también, de tener un mayor costo de adquisición y de mantenimiento.
Secadoras de condensación o con bomba de calor, ¿cuál elegir?
Decidir entre las secadoras de condensación o con bomba de calor dependerá de tus necesidades y preferencias individuales. Puedes considerar una secadora de condensación si necesitas que tu ropa se seque rápidamente, no te preocupa tanto el consumo energético o tienes un presupuesto limitado. Y una secadora con bomba de calor cuando te ocupa una máxima eficiencia energética, quieres reducir tu impacto ambiental o posees muchas prendas de vestir con tejidos delicados.
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