Mejorar la eficiencia energética en el hogar significa doble ganancia: permite un ahorro en la facturación eléctrica mientras se contribuye con la disminución de la huella de carbono doméstica. En este artículo, te daré algunos consejos prácticos y sencillos para reducir el consumo de energía en tu vivienda.
Consejos prácticos para mejorar la eficiencia energética en el hogar
Asila adecuadamente tu vivienda.
Un correcto aislamiento térmico permite mantener el confort en tu hogar, a la vez que reduce el consumo de calefacción y aire acondicionado. Así logras un menor gasto de energía y un ahorro en tus facturas de luz y gas.
Localiza en tu vivienda las áreas donde se producen pérdidas de calor o frío, como techos, suelos, paredes, ventanas y puertas. Repara las grietas, fisuras y juntas mal selladas, ya que estas son propicias para el flujo no deseado de calor. Y realiza las adecuaciones apropiadas para optimizar el aislamiento de tu morada.
Aprovecha la ventilación natural.
Al permitir el ingreso del aire fresco al interior de la vivienda, disminuyes el consumo de energía. Esto debido a que reduces la dependencia de sistemas de climatización mecánicos, como aires acondicionados o ventiladores.
El intercambio de aire del exterior al interior no solo refresca el ambiente, sino que también elimina el aire contaminado y la humedad, contribuyendo a un clima interior más saludable.
Emplea iluminación inteligente.
Si aún no lo has hecho, cambiar las bombillas incandescentes por LED es vital para mejorar la eficiencia energética en el hogar. Si bien ello supone una inversión inicial importante, a mediano plazo esta será compensada por el ahorro en la factura eléctrica.
Adicionalmente, potencia al máximo en tu vivienda el uso de la luz natural: ¡Es un recurso gratuito y saludable! Abre las cortinas, reubica los muebles, sube las persianas y deja que la luz natural ilumine tu hogar.
Usa electrodomésticos eficientes.
En los hogares, los electrodomésticos son importantes devoradores de energía, por lo que elegir aquellos con más alta eficiencia marca la diferencia. Adquiere los de etiqueta energética clase A (antigua A+++), lo que significa que obtendrás la mayor eficiencia posible.
Por otra parte, sigue al pie de la letra el programa de mantenimiento indicado por el fabricante del electrodoméstico. Asegúrate de limpiar los filtros de la climatización, descongelar el refrigerador y verifica que la lavadora opere de manera adecuada. Esta medida no solo disminuye el uso de energía de tus dispositivos, sino que también prolonga su durabilidad.
Emplea paneles solares.
Los paneles solares contribuyen significativamente a mejorar la eficiencia energética en el hogar, al permitir la generación de electricidad a partir de una fuente renovable y abundante: la luz solar. Al transformar la energía solar en energía eléctrica, disminuyes la necesidad de la red de electricidad, lo que reduce la utilización de combustibles fósiles y, consecuentemente, las emisiones de gases de calentamiento global.
Además, la implementación de paneles solares posibilita producir un sobrante de energía que puede ser guardado en baterías o incluso suministrado a la red eléctrica, lo que facilita un uso eficiente de los recursos y un ahorro significativo en el recibo de luz.
Aprovecha el viento.
Si en la zona donde habitas hay viento constante y fuerte, puedes instalar pequeños aerogeneradores en tejados o jardines para generar electricidad complementaria.
Modifica tus hábitos cotidianos.
Algunos cambios en tus hábitos comunes permiten mejorar la eficiencia energética en el hogar. Apaga las luces al salir de una habitación, desconecta los aparatos electrónicos que no estés usando y ajusta la temperatura del termostato o del aire acondicionado.
Mejorar la eficiencia energética en el hogar es un camino que todos podemos recorrer. Con información, pequeños cambios y un poco de inversión, puedes tener un hogar más sostenible y eficiente. ¿Te animas a empezar?
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