Las iniciativas en pro de la conservación de nuestro medioambiente han interrumpido, desde hace más de una década, en el diseño de los electrodomésticos. No resulta entonces extraño que en el mercado se ofrezcan lavadoras de bajo consumo, que prometen, además de un estupendo lavado de prendas, un ahorro en energía eléctrica y agua. A continuación, analizaremos la real eficiencia de estos aparatos, para conocer qué tanto cumplen su promesa de economizar dichos recursos.
En un hogar promedio, se considera que el gasto de energía eléctrica generado por la lavadora representa entre el 5% y el 10% del consumo total del hogar. Y respecto al gasto de agua, este electrodoméstico es el que más demanda origina: entre el 15% y el 20% de todo el preciado líquido empleado. Se puede ver que no se trata de cifras despreciables, por lo que es buena idea contar con una lavadora que permita el ahorro de ambos recursos.
El secreto energético de las lavadoras de bajo consumo
Las lavadoras de bajo consumo presentan varias innovaciones que mejoran su eficiencia energética. Una de las principales es el uso de los motores inverter, que poseen la capacidad de ajustar su velocidad según la carga del tambor y la fase de lavado. Estos motores, además de generar menos ruido, reducen el consumo energético en comparación con los motores de las lavadoras tradicionales.
Adicionalmente, las lavadoras de alta eficiencia poseen ciclos de lavado optimizados desde el punto de vista energético. Por ejemplo, las lavadoras eficientes que calientan el agua suelen trabajar a temperaturas más bajas y en ciclos más largos, con lo que consumen menos energía que las convencionales. Igualmente, al momento del centrifugado emplean velocidades más altas, por lo que las prendas quedan más secas y requieren menos tiempo en la secadora.
La diferencia entre el consumo de una lavadora eficiente y una convencional varía según los respectivos modelos de los aparatos comparados. Pero, a manera de ejemplo, una lavadora de eficiencia energética A consume entre un 30% y un 50% de la energía eléctrica consumida por una de eficiencia energética D. Y ello implica un ahorro de entre el 2% y el 5% del monto de la factura del servicio eléctrico del hogar.
Cómo las lavadoras de bajo consumo ahorran agua
Cada día la disponibilidad de agua en el hogar se hace más costosa, por lo que su ahorro es prioritario. Y el diseño de las lavadoras de bajo consumo se ha enfocado en este aspecto, permitiendo a este tipo de electrodomésticos realizar un menor consumo de este importante recurso.
El tambor de las lavadoras eficientes presenta un diseño particular, que permite un movimiento más fluido de la ropa con menor cantidad de agua. También posee un conjunto de sensores que permiten, en cada ciclo de lavado, un ajuste adecuado del nivel de agua. Y algunas incluso rocían y recirculan el agua a través de la ropa, evitando el llenado completo de su tambor.
Algunos estudios han revelado que una lavadora eficiente consume entre un 50% y un 80% de agua por ciclo en comparación con una lavadora convencional de carga superior, y entre un 30% y un 60% de una convencional de carga frontal. En el primer caso, esto se traduce en un ahorro de entre el 8% y el 16% del consumo total de agua del hogar.
Lavadoras de bajo consumo, una opción inteligente para el hogar
Las cifras antes mostradas indican que las lavadoras de bajo consumo son una opción inteligente para cualquier vivienda, solo por el ahorro en la facturación de energía eléctrica y agua que representan. Y en la medida en que los precios de ambos servicios domésticos aumentan, su empleo se hace cada vez más necesario.
Por otra parte, también tienen a su favor que con su uso contribuyes con la protección del medioambiente. Menos consumo energético implica menor demanda de la red y, con ello, la reducción de tu huella de carbono. Y menos agua requerida de la red de acueducto significa menos demanda para las fuentes hídricas de tu región, que pueden estar en mengua debido al cambio climático.