Ya no hay nadie que no conozca o haya oído las “bondades” y también los retos de la Inteligencia Artificial como el coste energético que está alcanzando niveles que ni siquiera los expertos habían previsto. Hoy, mientras las empresas están en lo que es una competencia global para ver quién desarrolla el modelo más potente, el consumo de electricidad también se ha vuelto mucho más potente que nunca.
Es este aumento del gasto energético el que está también impulsando a las diferentes compañías a ver otras estrategias. Así es como el propio Google ha tomado una decisión importante: construir tres reactores nucleares para poder alimentar esa ansia de energía por parte de la IA.
La creciente demanda de energía de la IA
En la actualidad, los centros de datos consumen, más o menos, un 2% de electricidad a nivel mundial. Ahora, con los modelos de IA más sofisticados que hay, la cifra puede aumentar mucho más. Según las previsiones, de hecho, para el año 2030, los sistemas pueden llegar a consumir nada menos que el 9,1% de lo que supondría la electricidad de todos los Estados Unidos. Algo que, como es lógico, ha encendido las alarmas en todo el mundo. ¿Estamos preparados para eso?
El consumo de esa electricidad no está solo limitado al entrenamiento de grandes modelos. Cosas tan sencillas como el hecho de generar una respuesta por el conocido ChatGPT requiere mucha más energía de la que pensamos. Y no solo es una persona la que lo hace, son millones de usuarios. Todo ello genera una huella importante.
Google apuesta por la energía nuclear para solventar el coste energético
Ante todo esto, Google ha tomado “cartas en el asunto”. En lugar de seguir dependiendo de fuentes externas, como las renovables, que no llegan a suplir de todo esa necesidad, Google ha decidido construir 3 reactores. Cada uno, puede generar hasta los 1000 megavatios, suficiente para alimentar a miles de hogares. Sin embargo, en lugar de destinar la electricidad a la red doméstica, la va a usar para alimentar a sus servidores.
Es todo un giro de 360%.
Un giro que en esa estrategia para Google, que, recordemos, siempre ha defendido las renovables. Pero la creciente demanda ha superado la capacidad de las renovables por mucho. Hay algunos proyectos como Stargate, en EE. UU., que han tenido que recurrir a combustibles fósiles como el carbón y el gas para mantener en funcionamiento sus centros de datos.
El futuro energético de la IA
Google lo ha dejado más que claro con todo esto. Va a tardar entre unos 5 a 7 años en estar del todo operativo. Es decir, mientras va a seguir “tirando” de la energía renovable y mejorando todo lo posible la eficiencia energética en sus centros de datos. Sin embargo, lo que parece estar claro es que al menos a largo plazo, las renovables no son suficientes y se necesitan las fuentes de energía más tradicionales como la nuclear.
Es un enfoque que puede marcar el comienzo de una nueva era en la que “los grandes del sector” como el propio Microsoft o Amazon sigan ese ejemplo y busquen fuentes como la energía nuclear. Por ahora solo Google se ha decantado por eso, pero con el tiempo puede que las cosas cambien, sobre todo cuando el coste energético de la IA siga creciendo.
En conclusión, la IA está forzando un replanteamiento global sobre cómo abastecer de energía a las infraestructuras tecnológicas del futuro. Google ya ha dado el paso y, aunque quedan años para verlo, es muy probable que otros gigantes tecnológicos sigan pasos, si no iguales, similares. ¿Qué veremos en el futuro? Todo está en el aire.