La decoración sostenible no es una moda pasajera. Ha venido para quedarse y hacer de esa esencia de la propia naturaleza, el puro estilo de un hogar. Está impulsada por la necesidad, cada vez más visible, de reducir esa huella que tanto daño hace y adoptar prácticas más armoniosas con el medio.
El enfoque como tal, no solo se centra en crear espacios más agradables, también en hacerlo de una forma más responsable, usando materiales y productos que minimicen el impacto negativo que todo esto tiene en el planeta. Integrando la sostenibilidad en cada casa, ayudamos al planeta, pero también a nosotros mismos.
¿Qué es la decoración sostenible?
Es el diseño y la decoración de espacios, pero, en este caso, usando tanto materiales como técnicas que aman la tierra. Que la respetan. Esto incluye desde los recursos renovables hasta los materiales reciclados y otros métodos de eficiencia energética. La idea es simple: crear espacios donde la belleza no esté reñida con la naturaleza y la sostenibilidad. Algo que nunca ha sido así.
¿Cuáles son sus principios básicos?
Elegir materiales naturales y que sean ecológicos. Desde maderas certificadas a pinturas que no sean tóxicas o tejidos que sean orgánicos. Además, también el hecho de darles una segunda vida a los muebles viejos o incorporar plantas dentro del hogar.
¿Por qué elegir una decoración sostenible?
O mejor dicho, ¿cómo no hacerlo? El hecho de elegir este tipo de decoración tiene muchas más ventajas de las que podemos imaginar.
Eligiendo este tipo de decoración, elegimos también materiales reciclados y renovables.
Así, la decoración sostenible va a ayudar a reducir la explotación de los recursos y generará menos residuos. Además, incorporar elementos naturales es capaz de purificar el aire.
El hecho de eliminar tóxicos, los cuales se usan mucho en la decoración, hace que el simple ambiente sea más puro, más vital, más sostenible. Algo que va a tener efectos positivos tanto en la naturaleza como en la propia vida.
Y no olvidemos algo importante. Que una casa esté decorada de manera sostenible no quiere decir que esté reñida con el estilo. Hay miles de opciones estéticas que van a permitir personalizar el espacio con gusto y con una personalización que va más allá de todo lo que podamos encontrar en una tienda.
Ejemplos de decoración sostenible
Estos son tan solo algunos ejemplos de decoración sostenible. En verdad, hay tantos como gustos y personas.
- Mantas de lana merina: Estas mantas no solo decoran tu cama o sofá, te dan el calor más natural que hay. Están hechas de materiales orgánicos y producidas de forma ética, y no solo son un lujo para el hogar, sino para el alma del mundo.
- Muebles de madera certificada: Desde mesas hasta estanterías, el mobiliario elaborado con maderas certificadas garantiza que esa madera está sacada de la tierra de manera justa y sostenible.
- Accesorios ecológicos: Productos como cojines de algodón orgánico, lámparas de madera o alfombras con materiales reciclados dan confort y son sostenibles.
¿Cómo incorporar la decoración sostenible en tu hogar?
Es fácil. Primero, mira a tu alrededor. Seguramente te darás cuenta de que la gran mayoría de tu mobiliario y decoración no es sostenible. Pero poco a poco, no tienes por qué cambiar todo de golpe. Quizás esa vieja mesa que te regaló tu madre solo necesita un buen lijado.
Quizás esa manta sintética de tu cama puede ser sustituida por la manta de oveja que heredaste de tu abuela.
Además, siempre que sea posible, prioriza la iluminación eficiente como las bombillas LED, y elige sistemas de climatización que reduzcan el consumo de energía. Si tienes muebles o elementos decorativos viejos, no dudes en darles la segunda o tercera vida que merecen. Tú, el mundo y tu bolsillo lo agradecerán.