Cuando escuché por primera vez lo de “energía solar flotante”, pensé que era una exageración. ¿Paneles solares sobre el agua? ¿Eso no se hunde? ¿No se moja todo? Pero la verdad es que no solo es posible, sino que ya se está haciendo. Y bastante bien, por cierto.
Este sistema está empezando a coger fuerza en España y otros países, y no es para menos. Porque tiene ventajas muy claras. Así que si te interesa el tema de la energía renovable, este artículo te interesa.
¿Qué es exactamente la energía solar flotante?
Pues lo que imaginas. Se trata de colocar paneles solares sobre plataformas que flotan en el agua. Estas plataformas están preparadas para aguantar viento, lluvia, sol, y todo lo que venga. Suelen instalarse en embalses, lagos artificiales o balsas de riego, sobre todo en zonas rurales.
La gracia está en que así no ocupas suelo útil. Ese espacio se puede usar para cultivar, construir o simplemente dejarlo sin tocar. Y además, el agua ayuda a mantener frescos los paneles, lo que mejora su rendimiento. Es decir, producen más energía que si estuvieran al sol directo sobre una superficie caliente.
¿Esto ya se está utilizando en España?
Sí. Por ejemplo, Iberdrola tiene un proyecto solar flotante en Extremadura que ya está en funcionamiento. Y empresas como HSB Marine están desarrollando plataformas modulares que se pueden adaptar a distintas superficies acuáticas.
Y ojo, que no estamos hablando de grandes plantas únicamente. También hay cooperativas agrícolas o incluso ayuntamientos que están empezando a interesarse por este tipo de instalaciones.
Ventajas claras
Te dejo aquí algunas ventajas que hacen que esta tecnología tenga cada vez más sentido:
-
No ocupa suelo. Puedes seguir usando la tierra para lo que necesites.
-
Mejor rendimiento. Al estar más frescos, los paneles funcionan de forma más eficiente.
-
Reduce la evaporación. Tapar el agua ayuda a conservarla, lo cual es especialmente útil en zonas secas.
-
Impacto visual bajo. En muchos casos, ni siquiera se ve desde lejos.
Además, si estás cansado de pagar una factura eléctrica que no para de subir, este tipo de alternativas empieza a ser más que interesante. Puedes comprobar cómo está la luz hoy mismo en este artículo de Green Home Press.
¿Tiene inconvenientes?
Por supuesto. Nada es perfecto. Por ejemplo:
-
No puedes cubrir toda la superficie de un embalse. El ecosistema necesita luz y ventilación.
-
Las plataformas deben estar bien ancladas. Si no, podrían moverse con el viento o las corrientes.
-
El mantenimiento es más complejo que en tierra firme: humedad, corrosión, presencia de fauna…
-
Y como siempre, hay que hacer una inversión inicial. Aunque a largo plazo, compensa.
También hay que tener en cuenta la normativa local y las autorizaciones necesarias. No se puede montar cualquier cosa en cualquier sitio.
¿Para quién es esto?
No es una solución para todos, eso está claro. Si vives en un piso en Madrid, pues no te afecta directamente. Pero si gestionas una finca, tienes acceso a un embalse o formas parte de una cooperativa agrícola, entonces sí: puede ser una muy buena opción para generar tu propia energía.
Además, se puede combinar con otros sistemas, como paneles en tejado o incluso energía eólica. No se trata de elegir solo uno, sino de diversificar.
Y si por ahora no puedes permitirte instalar nada, hay muchas formas de reducir tu consumo. Por ejemplo, revisando el consumo fantasma de tus electrodomésticos. Esos aparatos que siguen gastando aunque estén apagados, y que cada mes suman sin que lo notes.
¿Tiene futuro?
Todo apunta a que sí. No es que vaya a sustituir a los paneles solares tradicionales, pero sí que va a ser un complemento muy útil. En lugares donde el espacio es limitado, donde hay agua disponible, o donde el clima favorece este tipo de soluciones, tiene todo el sentido.
Y como se suele decir, el futuro de la energía no pasa por una única solución, sino por combinar varias. Esta puede ser una más, pero muy eficaz.
En resumen
La energía solar flotante suena rara al principio, pero es una tecnología real, útil y con muchas ventajas. Ya se está utilizando, funciona bien, y puede ayudar a reducir costes y emisiones. ¿Lo veremos por todas partes? Probablemente no. ¿Pero irá ganando terreno? Sin duda.
Si tienes la posibilidad de valorarlo, hazlo. Y si no, al menos quédate con la idea: aprovechar bien los recursos que ya tenemos (como el agua y el sol) es parte de cómo se construye un futuro más limpio.