La popularización del uso de las fuentes energéticas renovables en los hogares hace posible que un consumidor de la eléctrica ahora también sea, al menos parcialmente, un productor que aporta energía a la red. Por ello, cada vez se hace más frecuente escuchar el término prosumidor, que designa a los usuarios de la red que tienen el doble papel de consumidor y productor de electricidad. En las siguientes líneas te comentamos cómo puedes incorporarte a esta revolución energética que ya empieza en casa.
El prosumidor, de usuario a protagonista
El sueño original de contar con hogares con independencia energética se ha hecho posible en muchos países, principalmente gracias a la explotación de las energías eólica y solar. En España este sueño ha evolucionado un paso más adelante, generando moradas que incluso aportan sus excedentes energéticos a la red eléctrica. Y en camino a cumplir alguno de esos sueños, existen muchos clientes del sistema eléctrico que actualmente operan como consumidores y productores, según sus patrones de consumo y capacidad de generación energética se los permite.
Ser un prosumidor de la red eléctrica significa pasar de un neto receptor del servicio a transformarse en uno de sus protagonistas. Y con ello no solo nos referimos al hecho de que se transmuta a un proveedor ocasional de electricidad, sino que igualmente su voz, junto con la de otros prosumidores, adquiere una relevancia importante en el sector.
Pero el protagonismo no es la única ventaja que lograrás al transformarte en un prosumidor. En primer lugar, está el ahorro a mediano y largo plazo que significa la capacidad de generar tu propia electricidad y con ello disminuir ostensiblemente tu facturación eléctrica. Y luego está la resiliencia energética, que disminuye la vulnerabilidad de tu hogar ante las fallas de la red y ante la variabilidad en los precios del servicio eléctrico.
También debes considerar las ventajas que ser un prosumidor ofrece al ambiente. Te permite reducir tu huella de carbono, al disminuir el consumo de combustibles fósiles. Y de esta forma, pones tu grano de arena en la lucha contra el cambio climático y contribuyes a dejar en herencia a las nuevas generaciones un planeta más sano.
¿Cómo puedes convertirte en un prosumidor?
El camino más corto para convertirte en un prosumidor es también uno de los más efectivos y accesibles. Solo debes unirte a los hogares con independencia energética, mediante la instalación de placas solares en tu vivienda. Y luego contactar a la empresa que te ofrece el servicio eléctrico y solicitarle algún tipo de contrato con autoconsumo.
Básicamente, al ser un prosumidor, puedes optar por dos tipos de contrata con autoconsumo. Uno es el autoconsumo con excedentes acogido a compensación simplificada, en el cual la empresa te permite verter a la red el exceso de energía que generas y te lo compensa en tu facturación. El otro es el autoconsumo con excedentes no acogido a compensación, en el cual simplemente vendes tus excedentes a la empresa.
En uno u otro caso estarás integrando una red eléctrica inteligente, llamada así porque permite un flujo bidireccional de electricidad entre tu hogar y la red eléctrica. De esta forma, cuando produces más energía de la que consumes, la viertes a la red, y cuando esto no ocurre, la tomas de ella.
Afortunadamente para los potenciales prosumidores de habla hispana, en España hay variados portales que brindan información actualizada en el área de los paneles solares para hogares. Uno de ellos es Mi Placa Solar, donde puedes consultar desde el precio promedio de una instalación hasta las diversas subvenciones que puedes solicitar si te unes a los hogares con independencia energética. Luego, si te interesa profundizar más sobre el tema, te invitamos a visitar dicho portal.
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