El precio del gas en Europa vuelve a estar en el centro del problema energético. Después de unos meses en los que parecía que todo se había calmado, la situación empieza a tensarse de nuevo. Y esta vez no es Rusia quien lo complica todo, sino China. Sí, China ha vuelto a comprar gas con fuerza, y eso está sacudiendo el mercado.
¿Y qué significa eso? Que vamos camino de otro invierno complicado, con precios más altos y menos margen de maniobra. Porque si Europa no se mueve rápido, no solo perderá cargamentos de gas, también se los quedará… más caros.
China cambia las reglas y Europa lo paga
Durante 2022 y parte de 2023, China estuvo relativamente ausente del mercado global del gas. Su demanda estaba más baja por los efectos de la pandemia, las restricciones internas, y una economía que iba más lenta. Pero eso ha cambiado. Ahora, vuelve a crecer. Y necesita energía. Mucha.
Según Xataka, el país asiático está acaparando gas natural licuado (GNL), el que se transporta por barco, desde países como EE.UU. o Qatar. Y eso está dejando a Europa con menos oferta… o con precios mucho más altos.
¿Cómo afecta esto al precio del gas en Europa?
Pues muy directamente. Porque el precio del gas en Europa depende en gran parte del GNL. Y como es un mercado global, no es solo lo que pasa aquí lo que cuenta: es lo que hacen todos. Si China compra más, el precio sube para todos. Así de claro.
Y Europa no ha conseguido aún un mecanismo estable para controlar ese precio. Según Motorpasión Futuro, los países siguen sin ponerse de acuerdo para fijar un tope común. Algunos lo quieren, otros no. Mientras discuten, los precios siguen subiendo.
España también lo notará
Aunque tengamos conexiones con Argelia o plantas de regasificación, España no es inmune al precio del gas en Europa. Si sube fuera, sube dentro. El gas influye directamente en el precio de la electricidad, porque todavía usamos centrales de ciclo combinado para cubrir parte de la demanda.
Y eso se traduce en que todo se encarece. Calefacción, cocina, industria, transporte… y al final, tu factura.
Si quieres comprobarlo tú mismo, revisa el precio de la luz de hoy. Te sorprenderá cómo los días en los que el gas sube… todo sube con él.
¿Y como consumidores qué podemos hacer?
Lo que siempre: adaptarnos. Reducir lo que se pueda, optimizar consumos y entender cómo se mueve el mercado.
Si aún no lo has hecho, es buen momento para echarle un ojo al consumo fantasma de tus electrodomésticos. Muchas veces, estamos tirando energía sin darnos cuenta.
También es buena idea informarte más a fondo sobre el autoconsumo o sobre tecnologías que te ayuden a depender menos del gas en casa. No es magia, pero cada paso cuenta.
¿Qué va a pasar con el precio del gas en Europa?
Es difícil de predecir con exactitud, pero todo apunta a que subirá. Quizá no hoy, quizá no mañana… pero cuando el invierno apriete, si la demanda sigue alta y la oferta es la misma, la lógica del mercado hará su trabajo.
Y lo preocupante es que Europa no parece tener una estrategia común sólida. Algunos países están cerrando acuerdos a largo plazo. Otros están improvisando. Mientras tanto, el resto del mundo se mueve.
Conclusión
El precio del gas en Europa vuelve a ser motivo de tensión. Y esta vez, con China pujando fuerte, la competencia por cada cargamento será más dura.
Lo que parecía una crisis superada era solo una pausa. Y ahora volvemos a ver cómo los problemas estructurales del sistema energético europeo nos pasan factura… otra vez.