Hay un nuevo concepto nunca antes visto. Es el concepto de Data Centers Carbono Negativo. Muchas palabras que sueltas no significan nada, pero en conjunto, es sinónimo de un gran cambio para todos. El concepto como tal está dentro del ámbito de las tecnologías y de la IA.
Con el creciente impacto ambiental que está teniendo la IA, las empresas del mundo de la tecnología están buscando algo nunca antes visto, están buscando reducir su huella de carbono. Todo ello, abriendo un nuevo debate: ¿Es posible alcanzar un modelo de centro de datos que no dañe y que, al revés, no solo no lo dañe, sino que lo convierta en un producto de soluciones ambientales?
El desafío de la huella de carbono
Los centros de datos son como el corazón de las infraestructuras. Son responsables de una parte del consumo de energía a nivel mundial. Son sistemas que se encargan de alojar diferentes servidores, hacer procesos de almacenamiento y transmitir información. Todo ello, se consigue operando con las más altas demandas de energía, la mayoría de ellas provienen de fuentes no renovables. De hecho, según las estimaciones que hay, la electricidad que se usa por los data centers puede llegar a ser de entre el 1% y el 2% del consumo global de toda la energía. Algo que supone una considerable huella de carbono.
Dentro de todo este contexto, hay un objetivo: el de alcanzar centros de datos que no produzcan ninguna emisión. Es algo de vital importancia. Hay de hecho, empresas que ya han tomado medidas para poder reducir el impacto ambiental. Ello, se ha hecho tomando en cuenta fuentes de energía renovable e implementando algunas tecnologías que consiguen enfriar de forma mucho más eficiente. Sin embargo, hay un pregunta clara en este contexto. La pregunta es si todos estos esfuerzos van a poder ir mas allá de esa neutralidad del carbono. Todo para lograr un impacto neto. Un impacto que sea bueno para la tierra.
El concepto de carbono negativo en Data Centers
Un centro de datos de carbono negativo es el que consigue reducir las emisiones de carbono en cada una de sus operaciones y que, además, compensa, captura o evita más emisiones de las que consigue producir.Todo esto se puede conseguir mediante varias estrategias o actos: desde adoptar energías renovables al 100% como la eólica o la solar, hasta la implementación de sistemas de captura de carbono o de reciclaje de calor para otro tipo de usos, de carácter más productivo, digamos.
A pesar de todo, el camino no es fácil. El obstáculo que podemos ver es la demanda de energía que se generan. Aunque hay proveedores de servicios de nube como, por ejemplo, Google, que ya trabajan a día de hoy con una energía que es 100% renovable.
Además, las inversiones no son precisamente pequeñas.
El papel de la inteligencia artificial dentro del mundo de la eficiencia
Ya es aun realidad. Vivimos Es un hecho. Hoy por hoy, vivimos en un mundo que impulsado por la IA. Todo es IA de una manera u otra. Para bien o para mal. Es esta misma IA, la que tiene un papel importante a la hora de optimizar recursos, así como procesos energéticos de los data centers. En caso de usar algoritmos de aprendizaje automático para poder la distribución de la carga energética y predecir los picos de consumo, se podrá mejorar mucho más de lo que pensamos su eficiencia energética. Por ejemplo hay centros que están usando la IA para poder gestionar el ciclo de vida de sus equipos. Así, solo se activan en el momento que es necesario. Además, la IA puede contribuir en la mejora de la gestión de residuos dentro de los data centers.
En definitiva, el mito de los centros de datos carbono negativo puede convertirse en una realidad, pero a día de hoy, es algo que requiere más estudio, más esfuerzos y más cooperación por parte de todos.