Ha nacido un nuevo movimiento. Un movimiento conocido como “derecho a reparar”. Un movimiento que se está extendiendo por todo el planeta. Ya está presente en zonas de Europa y en Estados Unidos, y es una legislación que busca dar a los consumidores la capacidad de reparar, así como modificar los dispositivos electrónicos, sin tener que depender solo de los conocidos “servicios autorizados”, tan famosos para bien y para mal.
Si se deja que sean los consumidores los que puedan reparar los dispositivos, se fomentará algo que se lleva pidiendo hace mucho tiempo: que los productos duren más y, además, se generen menos desechos electrónicos. Además, así es como se promueve un modelo de consumismo más sostenible, más sano, más limpio y más duradero.
La necesidad de reparar en lugar de reemplazar
Cada año, millones y millones de toneladas de desechos electrónicos se tiran. Muchos de estos desechos podrían haber tenido una segunda vida.
Esto se conoce como obsolescencia programada, y es lo que lleva a los consumidores a reemplazar productos que aún sirven por nuevos modelos. De hecho, es uno de los factores que contribuye a este problema. Hoy, los dispositivos electrónicos como móviles, PCs y electrodomésticos no están precisamente diseñados para que se reparen fácilmente. Están diseñados por los fabricantes para que, o bien solo ellos puedan repararlos (y cobrar por ello), o bien hagan que el consumidor tenga que comprar otro nuevo (y cobrar también por ello).Un consumismo que no tiene sentido alguno.
De hecho, no es raro recordar ese frigorífico de nuestra infancia que tenía más de 30 años en operación, mientras que ese nuevo que compramos hace tres años ya da problemas. Esto es algo que no puede pasar más ya que no sol ose está consumiendo demasiada energía, muchos de estos materiales no tiene una segunda vida y quedan almacenados en la tierra. Una tierra que no aguanta mas desechos ni consumismo tonto.
Así surge el concepto de «derecho a reparar», que busca acabar con esta locura consumista. Este derecho quiere cambiar la situación, exigiendo que los fabricantes puedan, o mejor dicho, deban dar piezas, herramientas y manuales para que sus productos puedan ser reparados. En la UE, una legislación reciente ha obligado a garantizar la disponibilidad de piezas de repuesto durante un mínimo de 10 años. Algo que permite a los consumidores mantener sus dispositivos en buen estado y funcionando al menos ese tiempo. La medida, como está claramente señalado en la legislación, tiene el objetivo de reducir la cantidad de desechos y dar a esos dispositivos la vida que merecen.
El derecho a reparar en Estados Unidos
En los Estados Unidos, la situación ha sido, cuanto menos, todavía mas complacida que en otras zonas del mundo. Sin embargo siempre hay excepciones, hay estados, como el de Massachusetts, que han tomado leyes que dejan a los dueños de los coches reparar sus propios automóviles. Esto ha sido un precedente para el derecho a reparar en general.
En 2022, Nueva York La ley entró en vigor en julio de 2023, y es, sin duda, todo un paso hacia un nuevo mundo. La «obsolescencia programada» debe quedar en la memoria de todos antes que tarde .Al menos, si queremos que la Tierra continúe siendo lo que es: fuente de vida, salud y belleza. Hay muchos fabricantes aun hacen productos sencillamente para que se rompan un determinado día o hacen dispositivos que no son compatibles con nuevas actualizaciones de software. Eso no es jugar limpio. El derecho a reparar busca solucionar de una vez por todas estos problemas al exigir que los fabricantes diseñen productos más duraderos y reparables al fin.