Representan un gran avance. Son las baterías de sal fundida, una alternativa que ha surgido para almacenar energía a gran escala y es especialmente útil para aplicaciones de energía renovable como la energía solar o la energía eólica. Son baterías que funcionan a temperaturas que pueden ir de los 400 a los 700º.Algo que sí da varios retos en términos de seguridad, precios de operación y propia gestión del calor.
Hoy, hemos visto grandes avances. Avances que han dado lugar a nuevos diseños que pueden funcionar a temperaturas más bajas, concretamente a unos 100 grados. Esto puede mejorar la seguridad para su uso en el hogar.
¿Cómo funcionan las baterías de sal fundida?
Las baterías de sal fundida funcionan con el uso de sales como electrolitos. Esto es algo que permite la conducción de iones entre los electrodos y genera una corriente eléctrica. Las baterías pueden usar diferentes tipos de sales, como por ejemplo el cloruro de sodio, y suelen funcionar a temperaturas elevadas para mantener las sales en estado líquido y permitir también ese flujo de iones. Sin embargo, la nueva generación de baterías de sodio fundido, como pueden ser las de yoduro de sodio, ya han demostrado ser capaces de funcionar a temperaturas mucho más bajas.
Innovaciones en baterías de baja temperatura
Uno de los principales avances que hay en las baterías de sal fundida a baja temperatura es que se ha desarrollado una mezcla de sales que se conocen como catolito. Una mezcla que permite que las baterías funcionen a temperaturas que están alrededor de unos 110°C. Este catolito normalmente está compuesto por una mezcla líquida de yoduro y cloruro, algo que mejora tanto la eficiencia energética como la propia seguridad.
Una reducción de la temperatura de funcionamiento que reduce costos de aislamiento, disminuye riesgos de incendio y hace más fácil usar materiales más baratos como puede ser el sodio.
Ventajas de las baterías de sal fundida de baja temperatura
Una de las principales ventajas que tienen las baterías de sal fundida a baja temperatura es que tienen una alta densidad energética. A pesar de que funcionan a baja temperatura, siguen dando una alta capacidad para almacenar y para liberar energía. Esto es especialmente importante en el contexto de las energías renovables, donde la capacidad para almacenar grandes cantidades de energía de manera eficiente y también económica es vital. Además, estas baterías tienen una vida útil mucho más larga que las baterías convencionales, unos 15 años.
El bajo costo que tienen estos materiales, especialmente el sodio en lugar del litio, hace que las baterías sean más baratas. El sodio es un material que abunda mucho en la Tierra, por lo que hacer este tipo de baterías es mucho más barato.
Las baterías de litio, por ejemplo, tienen un gran riesgo de incendio en caso de que por X motivos hubiera algún tipo de fallo. Algo que no pasa con las baterías de sodio: las baterías de sal fundida no tienen reacciones violentas ni riesgos de incendio en caso de que haya fallo alguno. Esto se debe a la naturaleza del electrolito en estado líquido, no reacciona de forma violenta si la batería tiene algún tipo de problema. Esto las hace mucho más seguras para para poder usarse en cualquier casa o bien, en la industria.
Como ves, las baterías de sal fundida de baja temperatura son una novedad importante en el mundo del almacenamiento de energía. Con grandes ventajas, sobre todo en términos de seguridad, costo y también sostenibilidad. Son baterías que sencillamente tienen el potencial de cambiar el almacenamiento de energía tanto para aplicaciones industriales como residenciales. Todo un hito.