El metano es un gas (a temperatura y presión ambiente) que posee una capacidad de calentamiento global 80 veces superior a la del CO2. Por ello, durante décadas los científicos se han abocado al formidable desafío de disminuir sus emisiones. Y, dentro de sus propuestas, la tecnología de captación de metano con MOF ha despertado grandes expectativas.
Para muestra de lo pernicioso que resulta el metano en nuestra atmósfera, hace falta un solo botón. En 2012, en la revista Current Biology se publicó una interesante teoría. Esta sugirió que en la Era Mesozoica se produjo el calentamiento prehistórico de la atmósfera, originado por el metano. Y es que un grupo de grandes dinosaurios herbívoros, los seudópodos, lo excretaban en gran volumen tras su digestión.
Que las flatulencias ricas en metano de algunos dinosaurios puedan haber contribuido a un calentamiento global prehistórico nos deja claro el impacto que tiene este gas. Y si bien ahora ya los dinosaurios se extinguieron, es la especie humana la que se encarga del gran volumen de sus emisiones. Los combustibles fósiles, las actividades agrícolas y pecuarias, así como el inapropiado manejo de los residuos, son ricas fuentes de metano.
Captación de metano con MOF
Desde hace décadas, los científicos se plantearon una solución ingeniosa al problema de la emisión de metano. La mejor forma para captarlo sería convertirlo en metanol (CH3OH). Este es un alcohol valiosísimo en nuestras industrias, particularmente las químicas. Los usamos en la fabricación de plásticos, disolventes, biodiésel, pesticidas y aditivos químicos.
Sin embargo, llevar a la práctica esta solución nos fue esquiva. Los métodos propuestos emplean temperaturas y presiones industriales extremas. Y estos no solo son ineficientes, sino que también consumen mucha energía, por lo que tienen una alta huella de CO2. Esta barrera técnica ha incidido en que el metano se deseche a la atmósfera sin aprovecharlo. ¡Nos ha impedido convertir un problema medioambiental en una oportunidad!
Científicos adscritos a la Universidad de Mánchester del Reino Unido han propuesto utilizar la captación de metano con MOF. Esta emplea catalizadores compuestos por nanomateriales de estructura metálico-orgánica, o MOF, por sus siglas en inglés.
Los MOF propuestos actúan como diminutos filtros moleculares, dada su estructura porosa y cristalina. Al ser activados por la luz, catalizan la reacción que permite la captura del metano, ¡pero a temperatura y presión ambiente! Luego, esto imitan a la fotosíntesis, solo que, en lugar de producir azúcares, sintetizan metanol.
La eficiencia de la captación de metano con MOF es sorprendente. Es un proceso selectivo al 100%; ya que permite que toda molécula de metano se transforme en metanol. Esto lo convierte en una solución, además de económicamente viable, sostenible a largo plazo.
Apoyadas en esta tecnología, las empresas productoras de energía podrían capturar las emisiones de metano en sus instalaciones y luego convertirlas en metanol. De esta forma, reducirían su huella de carbono mientras generarían un subproducto de alto valor comercial. ¡Esto es economía de reciclaje con esteroides!
Una tecnología capaz de transformar un residuo altamente contaminante como el metano en algo tan útil como el metano nos invita a repensar nuestro futuro. Puede ser el primer uso de los nanomateriales MOF para apuntalar a una economía circular, donde a los desperdicios se les saque el máximo provecho. Es un avance tangible, una puerta que se abre a un mañana más limpio y productivo.
La capacidad de convertir un gas de efecto invernadero en un recurso valioso es una de las batallas más cruciales. Nos enfrentamos a ella en la lucha contra el cambio climático. Y parece que, gracias a la captación de metano con MOF, la podremos ganar. El futuro de la energía podría estar escrito en las minúsculas, pero inmensamente poderosas, nanoestructuras de un MOF.
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