Estamos viviendo una transición hacia fuentes de energía renovables, algo que se está acelerando últimamente. Todo impulsado por esa necesidad de reducir la dependencia de combustibles fósiles, así como mitigar esos efectos devastadores del cambio climático.
En este contexto, la energía termosolar de concentración, también llamada CPS, se presenta como una opción del futuro para el propio autoconsumo, sobre todo en áreas rurales donde el acceso a la red eléctrica es más limitado. Esta tecnología va a permitir generar energía limpia, sostenible y, lo más importante, las 24 horas del día, los 7 días a la semana.
¿Qué es la energía termosolar de concentración?
Esta energía se conoce como energía termosolar de concentración y aprovecha la radiación del Sol para producir electricidad. A diferencia de la energía solar fotovoltaica que todos conocemos y convierte la luz del Sol directamente en electricidad, la termosolar usa espejos o bien lentes para así concentrar la luz del Sol y poder generar el calor. Se trata de un proceso muy parecido al de las plantas termoeléctricas que todos conocemos, pero sin la necesidad de quemar combustibles fósiles.
Funcionamiento y ventajas
Una de las características más importantes de la energía termosolar es la capacidad que tiene para almacenar la energía que va generando.
A través de sistemas de almacenamiento térmico, como pueden ser sales fundidas, es posible almacenar ese calor durante el día y usarlo por la noche o cuando no hay mucho Sol. Esto asegura que las viviendas en las zonas rurales puedan tener energía constante y estable sin tener que de depender todo el rato de las redes eléctricas. La eficiencia de estos sistemas termo solares puede ir del 20 al 40%, valores muy parecidos a los de la energía solar fotovoltaica. Pero la ventaja de la termosolar es que tiene una gran capacidad de almacenamiento y esto la convierte en una fuente de energía continua.
Esto es importante, sobre todo en zonas rurales, donde esta disponibilidad de energía eléctrica no siempre es constante. Aplicaciones en viviendas rurales Las viviendas en las zonas rurales, sobre todo en las situadas en zonas más remotas o con acceso un poco más limitado a la electricidad, se pueden beneficiar mucho del autoconsumo termosolar.
¿Por qué? Porque el sistema no solo da electricidad para las necesidades del día a día, también puede usarse para la propia calefacción o producir agua caliente. Así se reduce esa dependencia a los combustibles fósiles y los precios asociados a la electricidad de la red son más baratos.
Además, la implementación de energía termosolar en este tipo de viviendas tiene un impacto también positivo en el medioambiente. Al ser una fuente de energía totalmente limpia, no da emisiones de gases contaminantes y contribuye al temido cambio climático, lo que ayuda a reducirla también.
¿Cuáles son las ventajas económicas y medioambientales?
El autoconsumo termosolar permite a los propietarios de las viviendas rurales poder reducir los gastos de energía. Con una inversión inicial que incluye los precios de instalación de los colectores y los sistemas de almacenamiento, cada usuario puede ver una gran disminución en la factura de la luz. De hecho, se estima que hasta un 70% a lo largo plazo.
A medida que la tecnología va avanzando y estos precios de instalación van bajando también, se espera que este tipo de sistemas solares sea más accesible para todos. Desde el punto de vista del medioambiente, la energía termosolar es el futuro.
El autoconsumo termosolar de concentración es una solución. Una solución novedosa y muy sostenible para este tipo de viviendas. Viviendas que por su condición particular no tienen acceso a esa red eléctrica de manera estable. Con la capacidad de poder almacenar energía térmica, se garantiza un sistema de almacenamiento que tiene disponibilidad continua de electricidad incluso cuando no hay sol. Y aunque tiene muchos retos y desafíos por delante, es una de las fuentes de energía del futuro más prometedoras.