El metanol verde se postula como nuevo combustible ecosostenible, permitiendo la descarbonización en sectores clave como el transporte y la industria. Este compuesto químico, producido a partir de fuentes renovables, se ha posicionado como el principal competidor del hidrógeno verde.
¿Qué es el metanol verde?
El metanol, también conocido como alcohol metílico o alcohol de madera, es el alcohol de composición más simple. Es un líquido transparente, incoloro, inflamable y muy volátil, con un olor característico a alcohol, aunque ligeramente más dulce que el alcohol etílico (etanol).
Tradicionalmente se ha producido a partir de gas natural y el carbono, mediante la destilación. Sin embargo, en tiempos recientes también se produce a partir de fuentes renovables como la biomasa. O mediante la combinación de hidrógeno obtenido por electrólisis del agua con energía renovable y dióxido de carbono capturado. En los dos últimos casos señalados se le llama etanol verde o ecológico, para reafirmar su condición de reducir la huella de carbono.
Ventajas del metanol verde ante el hidrógeno verde
Comparativamente, el metanol tiene una densidad energética mucho mayor que el hidrógeno. Esto se traduce en que el primero puede almacenar y transportar de manera más eficiente, lo que disminuye el coste asociado a su uso. A ello se suma que el metanol está en estado líquido, por lo que puede ser almacenado y transportado en la infraestructura existente para el combustible fósil.
Por otra parte, muchos motores de combustión interna pueden utilizar el metanol como fuente de energía si se realizan las modificaciones apropiadas. Mientras que en el caso del hidrógeno se necesitan motores apropiados para dicho combustible.
Un punto débil para el uso del metanol es que su combustión genera dióxido de carbono (CO2) y agua, mientras que el hidrógeno solo agua. Por lo tanto, el hidrógeno es un combustible no contaminante, condición que no cumple el metanol. Sin embargo, el metanol verde reduce drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles fósiles, al producirse a partir de fuentes renovables.
Usos del metanol verde
El transporte marítimo es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, y el metanol verde se presenta como una opción prometedora para descarbonizarlo. De hecho, navieras como la gigante sueca Stena Line están modificando parte de su flota de ferris para emplear este combustible. Con la ventaja de que dicha transformación se está realizando de forma escalable, es decir, en etapas.
Dado que las navieras operan con motores de combustión, poseen una importante infraestructura para el transporte y almacenamiento de combustibles líquidos. Esto hace que la reconvención al metanol ecológico pueda realizarse con bajo costo de inversión, aprovechando la subestructura existente. Además, los motores de combustión de los buques de la flota pueden adaptarse paulatinamente al uso de dicho combustible.
En otros ámbitos, el metanol es clave en la producción de una amplia gama de productos químicos, desde plásticos hasta fertilizantes. Su condición de disolvente y anticongelante es ampliamente explotada en el sector industrial. Luego, su producción a partir de fuentes renovables ayuda a la descarbonización de dicha industria.
También el metanol puede utilizarse en celdas de combustible para generar electricidad de manera limpia y eficiente. Y con ello contribuir a la meta de la descarbonización planteada por la Unión Europea para el presente siglo.
A pesar de sus ventajas, el metanol verde aún enfrenta grandes desafíos, como la necesidad de desarrollar una infraestructura de producción y distribución en amplia escala. A medida que la tecnología avanza y los costos de producción disminuyen, es probable que veamos una adopción cada vez mayor de este combustible en diversos sectores.