Una dieta desequilibrada o deficiente en ciertos nutrientes puede contribuir al agotamiento mental. Y cualquiera que sea tu actividad laboral y hábitos, dicha fatigapuede afectar en gran medida tu productividad y calidad de vida. Para evitar dicha situación, existen suplementos y vitaminas que pueden ayudarte a recuperar tu energía mental y mejorar tu concentración.
¿Por qué tenemos agotamiento mental?
Normalmente pensamos que el agotamiento mental deriva del estrés crónico o la falta de sueño. No en balde, el estrés prolongado agota las reservas de energía y el sueño insuficiente impide al cerebro recuperarse adecuadamente. Pero nos olvidamos que una dieta desequilibrada, baja en nutrientes esenciales, contribuye en gran medida al agotamiento del cerebro.
En los tiempos que corren, nuestras mentes están sometidas a una constante exposición a estímulos y multitareas. Y el uso prolongado de dispositivos electrónicos puede alterar nuestros patrones de sueño y aumentar la fatiga mental. Por ello, es necesario llevar una correcta alimentación, incluyendo ciertas vitaminas y minerales que influyen positivamente en nuestra energía mental.
Suplementos y vitaminas para combatir el agotamiento mental
Para combatir el agotamiento mental, en principio debemos seguir una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. También podemos complementar nuestra alimentación consumiendo los mejores suplementos y vitaminas para evitar el agotamiento mental. De esta forma, otorgamos al celebro los elementos que necesita para un funcionamiento energético adecuado.
Entre los suplementos y vitaminas para combatir el agotamiento mental destacan:
Complejo B
Las vitaminas del complejo B poseen un papel decisivo en la producción de energía y en el funcionamiento del sistema nervioso. La vitamina B12, en particular, está relacionada con la función cognitiva y la prevención de la anemia, que puede causar fatiga.
La carne de res, especialmente en los cortes de menor contenido de grasa, es una excelente fuente de vitamina B12. Las carnes de las aves de corral, como el pollo y el pavo, aportan una buena cantidad de vitaminas B3 y B6.
Magnesio
El magnesio es un mineral esencial para la relajación muscular y la función cerebral que ayuda a reducir el estrés y mejorar el sueño. Se encuentra en las verduras de hoja verde oscura (espinaca, acelga, etc.), los frutos secos, la avena y el chocolate negro.
Omega-3
El Omega-3 es un conjunto de ácidos grasos esenciales para la salud cerebral y puede ayudar a mejorar la memoria y la concentración. Se encuentra en los pescados grasos, como el salmón, el atún, la caballa, las sardinas y el arenque. Las semillas de chía, linaza y las nueces son ricas en omega-3 de origen vegetal.
Rhodiola rosea
La Rhodiola rosea o raíz dorada es una hierba adaptogénica que reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Por ello, se ha usado durante siglos para combatir la fatiga y mejorar la concentración. Generalmente se encuentra disponible en forma de suplemento alimenticio, en cápsulas, tabletas o extractos líquidos.
¿Cómo elegir el suplemento adecuado?
Ten presente que algunos suplementos pueden interactuar con otros medicamentos que estés tomando. Y asegúrate de que el suplemento no contenga ingredientes a los que seas alérgico. Luego, por más inocuo que parezca algún suplemento alimenticio, no es recomendable que lo consumas sin consultar previamente a un profesional de la salud.
Insistimos: antes de comenzar a tomar cualquier suplemento para combatir el agotamiento mental, es perentoria una asesoría médica. El especialista en salud evaluará tus necesidades individuales y te recomendará los suplementos más adecuados.
Una vez realizada la consulta, te recomendamos elegir marcas reconocidas del suplemento que hayan sido sometidas a pruebas de calidad. Y, por supuesto, que estén autorizadas por las autoridades sanitarias de tu país. No escatimes dinero en tu salud, prefiriendo marcas de reputación dudosa por ser más económicas.
Por último, recuerda que los suplementos no son una solución mágica para el agotamiento mental. Si experimentas síntomas persistentes, es importante que busques atención médica especializada.