La geotermia, la fuente de energía que aprovecha el calor del interior de la Tierra, se presenta como una alternativa sostenible y eficiente. Aunque a priori pareciera ser inmune al calentamiento global, algunas voces expertas han sugerido un posible impacto del cambio climático en la eficiencia de los sistemas geotérmicos. A continuación, te ayudamos a comprender cómo el cambio en el clima global pudiera influir en la eficiencia de estos sistemas.
La energía geotérmica saca provecho del calor acumulado en las capas superficiales de la corteza de nuestro planeta Tierra. Dicha capa es susceptible a las variaciones en la temperatura del aire, las precipitaciones y el nivel freático, ya que estas afectan en cierta medida la temperatura del subsuelo. Sobre todo, en los sistemas geotérmicos de baja entalpía, más comúnmente usados en viviendas y edificios, que emplean profundidades de entre 10 y 200 metros.
Para entender mejor el impacto del cambio climático en la eficiencia de los sistemas geotérmicos de baja entalpía, hay que entender cómo funcionan. Estos aprovechan que el subsuelo en estas profundidades se mantiene relativamente constante a lo largo del año, generalmente entre 10°C y 20°C. Mediante una bomba de calor, el sistema transfiere calor de un lugar a otro, utilizando un ciclo termodinámico. En otras palabras, en verano mueve el calor de la vivienda al subsuelo, y en invierno lo hace en sentido contrario.
Luego, para el correcto funcionamiento del sistema, es requerido que el subsuelo mantenga una temperatura adecuada. Si, por ejemplo, la temperatura del subsuelo aumenta, se reduce el gradiente térmico entre el terreno y el fluido geotérmico. Esto trae como consecuencia una menor eficiencia del sistema, ya que se necesita más energía para extraer el mismo calor.
Impacto del cambio climático en la eficiencia de los sistemas geotérmicos
El cambio climático supone el aumento o disminución de la temperatura ambiental de la región en varios grados. Esto significa que las capas superficiales del suelo pueden igualmente calentarse o enfriarse varios grados, disminuyendo la eficiencia del sistema geotérmico.
Por otra parte, en muchas regiones los vientos mueven masas de aire que ayudan a regular la temperatura del suelo. El calentamiento global tiende a variar los patrones de viento, variando su temperatura e intensidad y afectando el calor acumulado en las capas superficiales del suelo.
El agua subterránea juega un papel fundamental en la geotermia, tanto de alta como de baja entalpía. Esta actúa como un conductor del calor, facilitando su extracción o deposición. Las sequías pueden causar la disminución del nivel freático, afectando entonces negativamente a la eficiencia de los sistemas geotérmicos. Por otra parte, menor cantidad de agua implica mayor concentración de sales, que podrían corroer las tuberías y los intercambiadores de calor.
Adaptación, el futuro de la geotermia
Conociendo el posible impacto del cambio climático en la eficiencia de los sistemas geotérmicos, es necesario tomar las medidas de adaptación pertinentes. Nuestros sistemas deben tornarse más robustos y eficientes, capaces de adaptarse a las variaciones de temperatura y humedad del subsuelo. También es fundamental realizar estudios geotécnicos exhaustivos antes de instalar un sistema geotérmico, teniendo en cuenta las condiciones climáticas locales y las previsiones a largo plazo.
Afortunadamente, la tecnología de los sistemas que aprovechan la energía geotérmica avanza a pasos agigantados. Nuevos materiales, diseños de intercambiadores de calor más eficientes y sistemas de monitorización inteligente están mejorando el rendimiento de los sistemas geotérmicos.
En algunas zonas de España, se están implementando sistemas híbridos, que combinan la geotermia con otras fuentes de energía renovable, como la solar fotovoltaica. Esto permite optimizar el rendimiento del sistema en función de las condiciones climáticas, garantizando un suministro de energía estable y eficiente.
En fin, el cambio climático plantea desafíos para la eficiencia de los sistemas geotérmicos. Sin embargo, con una planificación adecuada, tecnología innovadora y un enfoque en la adaptación, la geotermia puede seguir siendo una fuente de energía renovable y sostenible para el futuro.