Hay dos palabras que están en boca de todos últimamente: Conciencia y alimentación. Y aquí es donde surge un término que, sin duda, tienes que tener en cuenta: la alimentación consciente.
¿Qué es exactamente? Es lo que implica tomar decisiones informadas (y responsables) sobre todo lo que comemos, la manera en que compramos esa comida, la forma de prepararlo y también qué y qué no haces para gestionar los residuos.
Se trata de un enfoque único que no solo es bueno para la salud, sino que también tiene un impacto directo en la sostenibilidad del propio planeta.
Según la FAO, cada año se desperdician, nada menos que, 1.300 millones de toneladas de alimentos. Una cifra, literalmente alarmante, ya que podría alimentar a más de 2.000 millones de personas.
La alimentación consciente y su impacto ambiental
Desperdiciar alimentos tiene también un impacto negativo en el medio ambiente. Y es que la producción de alimentos consume muchos recursos naturales como pueden ser el agua, la energía o incluso la tierra agrícola. Cuando estos alimentos se acaban por desperdiciar, producen gases tóxicos. Gases tóxicos para el planeta y para nosotros, los humanos.
Por todo ello, tomar una alimentación consciente y reducir también ese desperdicio no solo va a ayudar a ahorrar dinero, también hace que los recursos se gestionen de forma mucho más eficiente.
Consejos para reducir desperdicio alimentario en el hogar
En este momento, te ofrecemos consejos para empezar a tener una alimentación consciente en tu día a día:
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Planifica tus compras de forma responsable
Planificar es fundamental a la hora de evitar comprar alimentos que realmente no son necesarios. Para ello, haz una lista de los ingredientes que realmente necesitas y ajusta esas cantidades según cuántas personas seáis en vuestra familia, lo que os guste comer o los propios hábitos de consumo
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Almacena los alimentos correctamente
La manera de almacenar los alimentos también importa mucho en su conservación. Así que, organiza tu despensa, el frigorífico o el congelador para consumir primero los alimentos más antiguos. Además, te recomendamos guardar los alimentos en lugares correctos para que aguanten sanos lo más posible.
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Entiende las etiquetas de los alimentos
Es muy importante entender bien cuáles son las fechas de caducidad y de consumo preferente. Estas fechas indican el momento en el que se recomienda consumir. La fecha de caducidad es cuando han de consumirse antes, por salud.
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Cocina solo lo necesario y aprovecha las sobras
Para conseguir evitar que los alimentos se tiren, sirve las porciones adecuadas a cada uno y si sobra, guárdalo o bien en la nevera o congelado. También puedes usar esas sobras para hacer nuevas recetas. ¡Usa tu imaginación!
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Aprovecha las partes menos apreciadas de los alimentos
Muchas veces, desechamos algunas partes de la fruta o de la verdura por estar bien, pero demasiado maduras. Recuerda que con estas partes puedes hacer desde cremas hasta batidos o caldos.
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No rechaces alimentos por su apariencia
No todo lo “feo” es sinónimo de estar mal. De hecho, se dice que las frutas y verduras más “feas” son las más ricas. Recuerda que la naturaleza no entiende de feos y bonitos, sino de salud y nutrientes.
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Haz compost con los restos de alimentos
En caso de tener algún tipo de resto que no puedes consumir, considera, en lugar de tirarlo, hacer compost con ellos. El compostaje ayuda a reducir esos desechos en vertederos y así se disuelven en nutrientes, contribuyendo a la salud de todo el planeta.
Como ves, el hecho de adoptar una alimentación consciente no solo te va a ayudar a reducir desperdicios, también te ayudará a que «ese granito de arena» te ayude a tener un mundo más sostenible.