Reducir la contaminación de los gadgets es una necesidad imperante para mitigar el cambio climático. Si bien la revolución digital ha aumentado nuestra capacidad para procesar datos y conectarnos, y ha derivado en la poderosa herramienta de la IA, esta presenta un lado oscuro. Nuestros vertederos se están llenando de aparatos obsoletos, mientras que la energía que estos consumen nos obliga a generar cantidades enormes de gases de efecto invernadero.
El problema con la polución generada por los gadgets se potencia por la forma como se comercializan dichos objetos. Durante décadas, se han abusado de las estrategias de obsolescencia programada como de la obsolescencia percibida para fomentar una necesidad continua de adquirir nuevos aparatos. El resultado de esta estrategia es el aumento exponencial de desechos electrónicos, muchos de ellos contentivos de metales pesados y sustancias tóxicas que contaminan nuestro ambiente.
También hay que considerar, en cualquier iniciativa para reducir la contaminación de los gadgets, la huella de carbono que se genera para poder energizar los aparatos y sus servicios. Nuestra conectividad y manejo de datos, sea mediante internet o la tecnología móvil, consume una cantidad ingente de energía eléctrica, que representa alrededor del 12% del consumo mundial. Y esta tendencia va en aumento, acelerada por el desarrollo de la inteligencia artificial.
Cómo puedes reducir la contaminación de los gadgets
Si bien el impacto que puedes tener como consumidor en la solución del problema de la basura tecnológica es pequeño, no hay que olvidar que multitud de gotas de lluvia juntas generan un riachuelo. En otras palabras, el comportamiento del grueso de los consumidores puede generar un cambio que permita reducir la polución de los gadgets.
Quizás la acción más efectiva que puedas tomar para reducir la contaminación de los gadgets sea la más fácil: elige tus aparatos de aquellas marcas que demuestren con hechos su compromiso ambiental. Investiga exhaustivamente sobre las marcas y su relación con el medio ambiente, ya que hay mucha información falsa circulando en redes y medios sobre este tema. ¿De qué te vale un teléfono móvil de bajo consumo si en su fabricación se generó una huella de carbono que duplica a los de su competencia?
El segundo ejercicio que puedes tomar es sincerar tu consumo: ¿necesitas adquirir esa nueva versión del gadget o el que aún conservas realiza las funciones requeridas? ¿Realmente te será útil ese novedoso gadget o quieres adquirirlo solo por estar de moda? Recuerda, será una tarea imposible reducir la contaminación de los gadgets mientras no se imponga un consumo racional.
Igualmente, si imprescindiblemente necesitas un nuevo gadget, analiza cuál es la versión de este que requieres. ¿Precisas la última versión del mercado o una anterior? Si la respuesta es la segunda, puedes recurrir al mercado de los dispositivos reacondicionados. Puedes comprar teléfonos móviles y ordenadores en muy buen estado y a precios económicos.
Otra medida que debes tomar es el consejo ya dado en muchos otros artículos de este portal: apaga los dispositivos cuando no los uses y desenchufa los cargadores. Esta simple acción, que a priori puede parecerte tonta, significa una gran diferencia en tu consumo energético.
Por último, inevitablemente llegará ese momento en que tendrás que dar de baja tu gadget. Entonces, no lo deseches como basura normal, sino entrégalo en algún punto de recogida de desechos electrónicos de tu comunidad, colaborando así con el reciclaje de gadgets. Esta simple medida colabora a reducir la contaminación de los gadgets, al permitir que muchos de sus materiales se reciclen.
La tecnología de la revolución digital ha puesto en tus manos herramientas poderosas, pero debes emplearlas con responsabilidad. Y si eres un consumidor responsable, junto con otros pares puedes impulsar el cambio requerido. Recuerda que cada pequeña acción cuenta.
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