El mindfulness se ha convertido en mucho más que una simple práctica. Conectar con uno mismo, volver al ser. Volver a ti es un reclamo que la humanidad tenía hace tiempo. Practicar mindfulness en la naturaleza es la combinación perfecta. La diversidad de sus paisajes, su belleza, serena y cauta, es uno de los lugares perfectos para practicarlo.
Nos permite tener mucha más consciencia del momento presente y también tiene otros beneficios comprobados para la salud mental. Además, no importa el momento. Cada estación tiene una magia especial y le da ese toque para que practicar meditación sea un placer.
La relación entre mindfulness, naturaleza y salud mental
Hay muchos estudios que respaldan la importancia y los efectos positivos que tiene estar al aire libre para nuestra mente y nuestro cuerpo. Si combinamos esto con la práctica del mindfulness, podremos ver una reducción del estrés y los niveles de cortisol, así como la temida ansiedad.
El mindfulness o atención plena en la naturaleza, observando nuestros pensamientos sin juicios, con amor, permite que practicarlo en este entorno amplifique los beneficios, ayudando a mejorar la resiliencia, reducir la tensión emocional y aumentar, mucho más de lo que uno piensa, la sensación de calma.
La naturaleza, que está en un cambio constante, nos invita a aceptar esa impermanencia de la vida. Algo esencial en esta disciplina. Es ese vínculo el que enseña a estar más presente y a saborear cada instante. Algo que aporta lecciones importantes sobre el cambio y la adaptación.
Beneficios de practicar mindfulness en la naturaleza
No solo es uno; los beneficios de practicar mindfulness en la naturaleza son varios.
- El simple hecho de estar expuestos a la naturaleza disminuye el cortisol, la temida hormona del estrés. Así que el hecho de practicar mindfulness al aire libre potencia este efecto aún más.
- Al estar en la naturaleza, la mente se despeja, lo que aumenta (y mucho) la concentración.
- La naturaleza evoca sentimientos de gratitud, emociones esenciales para una salud mental positiva.
- El simple hecho de caminar o hacer yoga en la naturaleza beneficia la mente y también el cuerpo. Un 2×1 con muchos beneficios en sí mismo.
Cómo practicar mindfulness en la naturaleza
Practicar el arte de hacer mindfulness en la naturaleza es más sencillo de lo que puedes llegar a pensar. No necesitas más que ganas, un poco de tiempo y un trocito de Gaia.
- Existen tantas formas como personas, pero te podemos citar algunas como estas:
Sal y camina. Puede ser por un parque, por un bosque o por el mar. Solo has de prestar mucha atención a la naturaleza y a cada uno de los pasos que das. - También puedes sentarte en mitad de un prado, cerrar los ojos y prestar atención total a tu alrededor. Desde ese pájaro que pía en la distancia hasta el susurro del aire.
- Haz baños de bosque. ¿Cómo se hace esto? Simplemente ve a uno de estos lugares sagrados, observa y respira su ambiente único.
- También puedes acostarte en el suelo, desde la hierba hasta la arena, y hacer una especie de escaneo corporal de todo tu cuerpo. ¿Cómo lo sientes?
Recuerda que el movimiento, como el yoga, que es un movimiento plenamente consciente, también puede ser algo de lo que disfrutar en la naturaleza.
Mindfulness y naturaleza. Dos grandes palabras con las que, unidas, vas a conseguir nutrir tu cuerpo y tu alma. De esta manera, te podrás ir de lleno a un estado de paz que no tiene precio. El hecho de tomar consciencia de tu alrededor en la naturaleza te ayudará a conectar contigo mismo.