El país asiático nunca deja de sorprender. Ahora, China ha construido un enorme bosque artificial en un desierto. Concretamente, es el parque de Saihanba, el mayor del mundo.
Es un proyecto sin precedentes. Un proyecto que ha transformado del todo un paisaje árido y sin vida en pura magia, en un modelo que representa la regeneración ecológica y que va a tener un impacto total en la propia manera de pensar de los países.
Un bosque artificial: De desierto a paraíso verde
Hace unos 60 años, la zona donde hoy está el Parque Forestal de Saihanba no tenía nada que ver con el lugar que es hoy. Estaba vacío, inhóspito, sin vida… Hoy, su historia es muy diferente. Esta historia comienza en el año 1962, cuando el Gobierno Chino decidió actuar para poder revertir los efectos de la temida desertificación y así, proteger las grandes ciudades del norte como, por ejemplo, Pekín o Tianjin, de las tormentas de arena.
El nombre Saihanba viene de una mezcla de chino y mongol, que significa hermosas tierras altas, y tiene una historia que viene directa de la dinastía Qing, cuando la región servía como coto de caza. A pesar de esa belleza, el paisaje fue llevado a la nada, pro la deforestación que tanto daño ha hecho al planeta.
Para abordar este problema, el gobierno la granja forestal mecánica de Saihanba y asignó a 369 jóvenes silvicultores el trabajo de plantar árboles. Esta misión no fue nada fácil, ya que había temperaturas muy frías en invierno y sequías prolongadas en verano. Sin embargo, después de tres generaciones de esfuerzo, el trabajo ha dado frutos, y hoy es pura vida.
El impacto ecológico de Saihanba
Comenzó siendo un simple proyecto para frenar esas tormentas de arena, pero fue mucho más que eso. Hoy, el parque forestal de Saihanba cubre nada menos que 76,700 hectáreas, lo que representa más o menos un 80% de su área, un aumento del 11,4% desde sus inicios.
Este bosque repercute en la calidad del aire y también en la del agua. De hecho, se estima que purifica 137 millones de metros de agua cada año. Además, tiene la capacidad de absorber 860,300 toneladas de CO2 y liberar 598,400 toneladas de oxígeno cada año. Algo que a la Tierra y a todos… les hace muy felices.
Más allá de su función, el parque ha aumentado la biodiversidad de toda la zona. Hoy, tiene cerca de 300 especies de vertebrados, 32 especies de peces, 660 especies de insectos y miles de plantas y hongos. ¡La vida se ha abierto paso entre la nada!
El desafío de mantener el bosque artificial
Tiene muchas ventajas lo que han hecho. Tantas como magia en sus raíces. Sin embargo las cosas no son tan fáciles. Seguir conservando con vida el bosque no es fácil. Los encargados del parque tienen muchos desafíos, entre ellos está el riesgo de que haya incendios, incendios que amenazan con acabar con mucho trabajo y esfuerzo. Sin embargo, tienen la esperanza que todos sus esfuerzos sean los necesarios salvar esa magia que allí se ha creado. Una magia que esta dando esperanzas a todo el planeta.
El parque también tiene algunos otros desafíos que vienen del cambio climático y las condiciones climáticas que vivimos en los últimos tiempos. Sin embargo, ese espíritu sigue guiando la esperanza de todas las personas que continúan trabajando para asegurar que el bosque no solo siga estando vivo, sino que también siga creando vida.
Este proyecto demuestra que, cuando se quiere dar vida, no importan los impedimentos, no importan las trabas. La vida se crea con tan solo un poquito de magia y sentido común. Tan solo es necesario poner de muestra arte.