Los coches que la DGT considera ecológicos son muy estrictos a la hora de hablar de ecologismo. Y así debe ser, en concreto con los coches de gas. La DGT considera ecológicos todos aquellos con la etiqueta ECO. Sin embargo, no todos son tan ecológicos aun llevándola.
Un reciente estudio de la organización Transport & Environment ha revelado que los coches de gas, aunque tienen esta etiqueta, generan muchas emisiones nada ecológicas. De hecho, según el informe que se ha presentado, estos coches emiten muchas partículas contaminantes para la Tierra y la salud.
A pesar de estas alarmantes conclusiones, el Gobierno sigue incentivando la compra de vehículos a gas, dando hasta 1.000 euros a los particulares que se decidan por este tipo de coches.
¿Realmente los coches con GNC son ecológicos?
Todo parece indicar que no. El estudio citado, con las pruebas de laboratorio, ha mostrado que los coches a gas emiten entre 9 mil millones y 900 mil millones de partículas cada kilómetro, lo cual es alarmante. Así, estas partículas, en su mayoría ultrafinas, son muy peligrosas, ya que penetran en el cuerpo y se han asociado a varios tipos de cáncer, en concreto dos. Las partículas ultrafinas son una de las mayores amenazas para la salud. Las pruebas en carretera han demostrado que estos vehículos pueden emitir hasta 20 mg/km de amoníaco, lo que agrava más el problema de la contaminación. Aun con todo esto, el gobierno sigue incentivando su compra. Algo que no todo el mundo entiende.
La etiqueta «Eco» y sus contradicciones
La etiqueta «Eco» de la DGT se da a los vehículos que sean o bien híbridos, o híbridos enchufables con autonomía que sea limitada y si, también a los de gas natural, entre otros. Esta clasificación busca de algún modo el hecho de premiar a los coches que tengan un impacto ambiental que sea menor, pero el sistema de etiquetado no siempre es lo que parece. No siempre hace lo que dice.
Por poner un ejemplo, el modelo Dacia Sandero, que uno de los coches a gas más vendidos, emite 126 g/km de CO2 y su versión diésel 127 g/km de CO2. A pesar de ser casi idénticos, el modelo de GNC recibe la etiqueta eco, mientras que el otro, como es obvio… no.
La industria del gas ha logrado convencer a los legisladores de que los vehículos a gas son la solución, pero la realidad es muy distinta. Estos coches siguen liberando partículas y gases muy nocivos para la salud, como el amoníaco. De hecho, la organización de ecologistas ha solicitado que estos vehículos sean excluidos de las zonas de bajas emisiones, ya que no cumplen con los estándares de baja contaminación.
Los vehículos a gas, al seguir siendo considerados como una opción limpia, reciben varios incentivos fiscales y ayudas del Gobierno. Esto podría frenar, en caso de anular esa etiqueta, muchas compras.
La trampa de los coches de gas
Si. Es cierto que los coches de g as tiene ventajas, como por ejemplo el precio del combustible que es mucho mas bajo. También tiene otros como los descuentos que tiene en matriculación o parking. Sin embargo, no compensa. Los precios ambientales asociados a su uso, es demasiado. Estos coches son como el lobo vestido de cordero. No son lo que parecen ser. Contribuyen a una mayor contaminación del aire. De hecho, más aún que el Diesel. Y no solo eso, hacen que la salud se vea afectada. Cosa seria.
Por eso mismo, la revisión de las etiquetas de la DGT es algo importante para asegurar que los coches que en verdad reducen las emisiones de CO2 y otros contaminantes sean los que reciban las ayudas de verdad.