El agua dulce es un recurso indispensable para nuestra subsistencia y que comienza a escasear a nivel mundial. Para crear conciencia sobre este aspecto, la ONU, a través de la institución UNESCO-IHE, estableció un indicador de consumo llamado huella hídrica. A continuación, conocerás cómo puedes calcular y reducir la huella hídrica de tu hogar, para contribuir con la conservación de este vital líquido.
Aunque vivimos en un planeta pleno de océanos y mares, pocos tienen conciencia de lo relativamente escasa que resulta el agua dulce. ¡Sólo el 0,5% del agua en la Tierra es dulce y fácil de consumir! Y nos referimos no solo al agua que usamos para beber, sino igualmente a la que empleamos en los cultivos, la crianza de animales y todas nuestras industrias.
¿Qué es la huella hídrica de tu hogar?
La huella hídrica de tu hogar es un indicador de la cantidad de agua dulce que, por los hábitos y patrones de consumo de sus habitantes, se emplea en tu hogar. En palabras más simples, mide el volumen de agua que, en determinado lapso, directa o indirectamente, consumes en tu morada.
Algunos investigadores estiman la huella hídrica promedio de los hogares españoles en 2.300 m³/año, lo que equivale a 6,3 m³/día. Es decir, con el agua dulce que consume en promedio cada hogar español en un año se puede llenar una piscina olímpica y ¡aún sobrarán dos centenas de litros! Recuerda que en este caso consideramos tanto el consumo directo (que sale por las tuberías) como el indirecto (el requerido para producir los productos que usamos).
Para hacer más comprensible la idea, la huella hídrica de tu hogar, y en general toda huella hídrica, se divide en tres tipos. El primero es la huella hídrica azul, relacionada con el consumo de agua superficial o subterránea que realizas directamente en tu morada. El segundo es la huella hídrica verde, relacionada con el agua de lluvia incorporada a los cultivos, bosques y jardines y a los productos que de ellos obtenemos.
Por último, la huella hídrica gris señala la cantidad de agua necesaria para diluir la contaminación generada por nuestras actividades. Recuerda que cuando fabricamos nuestros productos, no solo empleamos agua dulce, sino que al final la solemos contaminar, transformándola en agua residual no apta para el consumo. Para mejorar la calidad de esta agua residual hasta los estándares ambientales adecuados, necesitamos más agua para diluir sus contaminantes.
¿Cómo calcular y reducir la huella hídrica de tu hogar?
Calcular y reducir la huella hídrica de tu hogar van de la mano, ya que solo puedes controlar, y por ello, reducir lo que mides. Afortunadamente, la Fundación del Agua Aquae nos ofrece en su portal una sencilla e intuitiva calculadora hídrica que te facilita el proceso de cálculo. Solo debes indicar tus hábitos de consumo y tendrás un estimado de tu huella de consumo de agua.
Para reducir tu huella hídrica azul, simplemente tú y tus compañeros de morada deben modificar sus hábitos de consumo directo del agua potable. Acciones tan simples como tomar duchas breves de 5 minutos, cerrar el grifo al lavarte los dientes y reutilizar el agua de la cocción y el lavado para el riego ayudan un montón. Igualmente, es útil emplear en el jardín especies que demanden menor cantidad de riego y realizar el regado en el amanecer o anochecer.
Por supuesto, los electrodomésticos de bajo consumo de agua, tales como los lavaplatos y lavadoras eficientes, ayudan a disminuir la huella. También lo hace solventar todas las fugas que pueda tener el sistema de agua de tu hogar: ¡un grifo goteando puede derrochar 300 litros en un solo mes!
La única forma de disminuir las huellas hídrica verde y gris de tu hogar es cambiando tus hábitos de consumo. En particular, la carne de ternera posee altísimas huellas hídrica y de carbono, por lo que es un alimento cuyo consumo debes racionar. No se trata de que todos en tu hogar se vuelvan veganos, sino de que prefieran el consumo de carnes blancas.
También debes dar preferencia a los productos alimenticios locales, ya que las actividades de transporte y conservación tienen una alta huella hídrica. Además, la refrigeración requiere electricidad y las plantas eléctricas gastan agua para funcionar.
Por último, disminuye el consumo de bienes y servicios, incluyendo la ropa. Es bien sabido que el negocio de la moda fast fashion es altamente contaminante y representa un desastre hídrico.
Estos ligeros cambios en los hábitos no solo ayudan al planeta, sino al presupuesto del hogar. Te permiten ahorrar en la factura de los servicios mientras cuidas el agua dulce que nos queda y la preservas para las futuras generaciones.
Imagen propia