La naturaleza debe estar presente en todo lugar, incluidas las grandes ciudades. Aquí, el hecho de tener un simple jardín puede ser un cambio importante. Y es que está más que demostrado que un trocito “verde” entre coches, edificios y tensión mejora la salud mental, potencia el comercio e incluso mejora el desarrollo cognitivo en niños.
En un mundo donde las palabras cambio climático están por todo, con solo hacer zonas verdes en balcones o terrazas se da un pasito más..
¿Por qué es importante esa biodiversidad en la ciudad?
La biodiversidad es muy amplia. Amplia porque en ella se integran desde animales, a microorganismos e incluso ecosistemas que están dentro de las ciudades y crean su miniciudad. Aunque se asocian algo más a zonas rurales, también la podemos ver en cualquier tipo de ciudad. La vegetación y la fauna son capaces de purificar el aire, regular el clima, reducir el ruido y, lo mejor de todo: mejorar nuestra salud.
Estudios han demostrado que vivir cerca de zonas verdes reduce la depresión además de fomentar la actividad física y mejorar la concentración.
¿Qué necesitas para crear un jardín así?
Aunque tengas muy poco sitio, puedes transformarlo en un microhábitat repleto de pura vida. Aquí tienes los elementos clave para comenzar a hacerlo:
- Plantas autóctonas y variadas
- Elige especies locales, que ya están adaptadas al clima y al suelo de tu región. Alterna entre flores, plantas aromáticas, trepadoras y perennes para dar alimento y refugio durante todo el año. Las flores como lavanda, margarita, salvia o romero atraen a abejas y mariposas.
- Macetas, jardineras y estructuras verticales
- Si el espacio no es un atributo de tu casa, aprovecha el jardín vertical tan de moda últimamente. Puedes colgar macetas en la pared o bien poner una jardinera a modo de escales. Para ello, solo tienes que guardar algunos recipientes reciclados, así además puedes fomentar la economía circular en tu zona,
- Refugios para fauna urbana
- Crea espacios que sean seguros para los animales que viven en la ciudad. Desde cajas nido para pájaros, a un hotel de insectos o pequeñas estructuras con ramas para lagartijas y erizos. También puedes dejar una bandeja con agua para aves e insectos, sobre todo cuando los meses de calor llegan pisando fuerte.
- Evita pesticidas y abonos químicos
- Usa compost orgánico o humus de lombriz como fertilizante natural. Evitar productos que sean tóxicos protege a los polinizadores y mantiene el equilibrio ecológico.
- Plantas que florecen todo el año
- Elige especies con floración escalonada para mantener el alimento disponible para insectos durante todo el ciclo. Combina las plantas que florezcan en primavera, verano y otoño.
Consejos para mantener tu jardín biodiverso
- Riega con moderación, mucho mejor al atardecer, para evitar la evaporación. Si es posible, recolecta agua de lluvia.
- Deja que algunas plantas se marchiten: los tallos secos o las hojas caídas sirven de refugio y, además, alimento para muchos pequeños seres.
- No retires los nidos de golondrinas, vencejos o aviones. Ellas controlan las plagas urbanas de forma natural.
Una red de naturaleza urbana
Tu pequeño jardín no está solo. Forma parte de una red verde que puede crecer y crecer por tu edificio, tu barrio o tu ciudad. Cuantos más vecinos se sumen a crear espacios de biodiversidad, más será el impacto colectivo: corredores ecológicos urbanos donde las especies puedan, sencillamente, vivir y evolucionar.
La naturaleza puede volver a abrirse paso entre el asfalto de las ciudades. Una terraza florecida o una ventana con macetas pueden ser una pequeña semilla del cambio. Porque no hay ciudades sin naturaleza, y esa naturaleza puede empezar directamente en tu propia casa y empezar siendo el ejemplo para muchas personas.