La búsqueda de atmósferas en exoplanetas es uno de los principales objetivos de los astrofísicos contemporáneos. La razón es simple: el descubrimiento de exoplanetas con atmósferas con abundantes biomarcadores podría indicar la presencia de organismos vivos fuera de nuestro planeta. Científicos españoles, en conjunto con otros investigadores internacionales, están abocados a esta importante tarea, que ya pareciera comenzar a dar sus frutos.
La búsqueda de vida en sistemas planetarios extrasolares
El avance de la tecnología en el campo de la astrofísica permite a los científicos intentar responder a una interrogante que nos hemos realizado desde tiempos antiguos: ¿estamos solos en el universo? Una muestra de ello es el nacimiento de la exoplanetología, una novedosa rama de la astrofísica que estudia los planetas ubicados fuera de nuestro Sistema Solar.
En nuestra Tierra la vida es posible gracias a su atmósfera, que funciona como un escudo protector. Sin ella, los nocivos rayos cósmicos destruirían las moléculas de ADN que sustentan toda la vida terrestre. También se dificultaría la existencia de agua superficial en estado líquido, que, al menos en nuestro planeta, es indispensable para su desarrollo.
Por otra parte, los planetas extrasolares que nos resultan mejores candidatos para albergar vida, son aquellos que poseen un tamaño y masa similares a la Tierra. Y estos no son otros que los llamados exoplanetas del tipo rocoso.
Luego, los mejores candidatos para albergar vida extraterrestre son los planetas extrasolares que poseen atmósfera. Por ello, parte del esfuerzo de la exoplanetología en la actualidad se centra en determinar si los exoplanetas rocosos hasta ahora detectados poseen atmósferas.
El MIRI-JWST, herramienta para la exploración del universo
El instrumento MIRI, siglas de Mid-Infrared Instrument (instrumento de infrarrojo medio en español), es una de las principales herramientas del telescopio espacial James Webb (JWST). Tal como su nombre lo indica, su principal función es detectar la luz infrarroja emitida por objetos celestes.
El MIRI-JWST es fruto de un esfuerzo internacional, liderado por la Agencia Espacial Europea (ESA), en colaboración con la NASA. Su diseño y construcción involucró a un consorcio de instituciones europeas, entre las que destaca el Centro de Astrobiología (CAB) español. Adicionalmente, los científicos españoles del CAB contribuyen directamente al análisis e interpretación de los datos recogidos por el MIRI—JWST.
El sistema planetario extrasolar TRAPPIST-1
En la constelación de Acuario, a 40 años luz de nuestro planeta Tierra, se ubica el sistema planetario TRAPPIST-1. Posee siete exoplanetas orbitando a una estrella enana ultrafría, todos ellos de tamaño similar al de la Tierra. Y tres se ubican dentro de la llamada zona habitable, en la cual es posible la presencia de agua superficial en estado líquido.
Algunos astrofísicos, incluyendo a los científicos españoles del CAB, se han abocado a investigar si algunos de los cuerpos planetarios del sistema TRAPPIST-1 poseen atmósfera. Si la respuesta es positiva, ello elevaría la candidatura de dicho sistema solar para albergar vida.
Por lo pronto, la opinión de los científicos sobre este tema está dividida. Estudios iniciales concluyeron la ausencia de atmósfera en dichos planetas, por lo que se trataría de “rocas desnudas”, similares en dicho aspecto a nuestros vecinos Mercurio y Marte. Sin embargo, estudios recientes realizados con ayuda de MIRI–JWST al TRAPPIST-1 b, un exoplaneta de dicho grupo, parecen indicar la posible presencia de una atmósfera rica en CO2 con brumas.
Nos queda estar atentos a los resultados de los estudios realizados por el Centro de Astrobiología español y otras instituciones internacionales que actualmente investigan a TRAPPIST-1. En un futuro próximo ellos podrían concluir, de forma definitiva, que algunos de los planetas de dicho sistema poseen atmósfera.
Nota: Imagen cortesía de la NASA, fuente https://flickr.com/photos/50785054@N03/50489833002