En África, donde la deforestación cada vez va más avanzada y los incendios forestales son cada vez más y más intensos, ha nacido algo nuevo, una generación de emprendedores que están demostrando cómo la naturaleza y la tecnología pueden avanzar juntas, gracias a la silvicultura inteligente.
Kenia es uno de los casos más notables, y es que entre el año 2001 y 2023 el país perdió nada menos que 400.000 hectáreas de cubierta forestal, el 12% de toda la superficie. Todo esto es suficiente como para almacenar unas 189 mega toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones anuales de 41 billones de coches, una pérdida debida principalmente a la tala ilegal, a la producción del carbón vegetal, a los incendios y a la presión, por un cambio climático que cada vez hace más daño.
La silvicultura con IA: algo que lo cambia todo
M Situ, guardabosques digitales en el bosque de Nong, en el año 2023 ingenieros kenianos Josep de Gurtiri y Sam Okemwa fundaron MSitu, un startup que ha definido una propuesta novedosa, una propuesta que se titula conservación impulsada por IA, si, y es que la IA lo está cambiando a todo, y por suerte para la humanidad a mejor.
Sus sistemas consisten en unos pequeños dispositivos que se instalan en los árboles y detectan amenazas mediante sonidos y gases. Y es necesario que con los ruidos de una motosierra o bien compuestos de un incendio se envíe un SMS al servicio forestal, el objetivo simple, reducir la tala y quemar, antes de que sea demasiado tarde.
Los resultados iniciales han dado mucho de qué hablar, y es que solo en el bosque de Nong, a 12 kilómetros de Nairobi, la tala se ha podido reducir un 47% en tan solo un año, y se protegieron unas 1500 hectáreas, gracias a que los guardabosques pueden ir directamente al foco de la amenaza.
TecnoBosques, la revolución que viene pisando fuerte.
El fenómeno no está solo en África. En Europa hay proyectos como TecnoBosques en España o las soluciones de Axis Communications Forestal, que ya están explorando nuevas formas de crear bosques inteligentes.
Hay drones equipados con sensores LIDAR, cámaras térmicas y otros algoritmos de IA que permiten detectar humo o bien cambios bruscos de temperatura antes de que aparezcan las llamas. Hay robots de la empresa asiática Robotic Cats, que ya escanea 360 grados de bosque de manera autónoma y automática, y pueden identificar el fuego del incendio a nada menos que 15 kilómetros de distancia.
¿Cuál es el desafío actual de la civil cultura en el siglo XXI?
La civil cultura ya nació dos siglos atrás como una disciplina que está claramente orientada a la explotación sostenible de los bosques y hoy se enfrenta a un reto aún mayor, conciliar la conservación de la tecnología.
Por ello, el futuro pasa por los sistemas de alerta temprana con sensores de IA, satélites y BigData para poder monitorear la deforestación en tiempo real, apps de restauración agrícola, o drones y robots. Son cosas que parecen sacadas de ciencia ficción sin embargo, son algo que esta aquí, es real, posible y cambiara todo. Al menos tal y como lo conocemos hoy.
La ONU ya lo advirtió en su informe, innovar ya no es una acción, es toda una necesidad. Así que en un mundo cada vez más cálido y cada vez más seco, el bosque del futuro no va a ser solo verde, va a ser inteligente, va a estar conectado y va a ser totalmente resiliente. La pregunta ya no es si la tecnología puede ayudar a los bosques, la pregunta es que qué vamos a hacer si no la tenemos para salvar.