En un hito histórico para la transición energética, la energía solar ha superado al carbón en la generación eléctrica de la Unión Europea (UE) durante 2024. Según el informe «European Electricity Review 2025» de Ember, la energía solar representó el 11% de la producción eléctrica en la UE, mientras que el carbón cayó por debajo del 10% por primera vez. Además, la generación de energía a partir de gas natural disminuyó por quinto año consecutivo, consolidando una tendencia hacia fuentes más limpias y sostenibles.
Crecimiento de la energía solar y eólica
La energía solar ha experimentado un crecimiento notable en toda la UE, con más de la mitad de los países miembros registrando una participación de carbón inferior al 5% en su mix energético. Este avance ha sido impulsado por políticas favorables, avances tecnológicos y una mayor conciencia sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Paralelamente, la energía eólica generó el 17% de la electricidad en 2024, superando al gas por segundo año consecutivo.
Disminución de los combustibles fósiles
La caída en el uso de carbón y gas ha llevado la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles a un mínimo histórico del 29% en 2024, en comparación con el 39% en 2019. Esta reducción ha contribuido a disminuir las emisiones del sector eléctrico de la UE a menos de la mitad de su pico en 2007, evidenciando el impacto positivo de la transición hacia energías renovables.
Beneficios económicos y reducción de la dependencia energética
El aumento de la capacidad solar y eólica en los últimos cinco años ha permitido a la UE evitar la importación de 92.000 millones de metros cúbicos de gas fósil y 55 millones de toneladas de carbón, lo que se traduce en un ahorro de 59.000 millones de euros. Esta disminución en la dependencia de combustibles fósiles importados no solo fortalece la seguridad energética de la región, sino que también la protege de la volatilidad de los precios en los mercados internacionales.
Desafíos y perspectivas futuras
A pesar de estos avances, la transición energética de la UE enfrenta desafíos significativos. El sector eólico, en particular, ha encontrado obstáculos que requieren atención. Para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos establecidos para 2030, será necesario acelerar la implementación de proyectos eólicos y solares, así como mejorar las infraestructuras de red y almacenamiento de energía.
Un paso más hacia la neutralidad climática
Este cambio en la matriz energética europea no solo reduce las emisiones de carbono, sino que también acerca a la UE a su objetivo de neutralidad climática para 2050. Según Ember, la generación a partir de carbón cayó un 26% en 2024 en comparación con el año anterior, mientras que la energía solar creció un 13%. Alemania, España y los Países Bajos lideran este crecimiento solar, con incrementos significativos en capacidad instalada. Además, países como Grecia y Portugal han logrado reducir drásticamente su dependencia del carbón, consolidando el avance hacia una Europa más verde y sostenible.
El hecho de que la energía solar haya superado al carbón en la generación eléctrica de la UE marca un punto de inflexión en la transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible. Sin embargo, para mantener y acelerar este progreso, será esencial abordar los desafíos actuales y continuar promoviendo políticas e inversiones que impulsen el desarrollo de las energías renovables en toda la región.