La energía solar, tal y como la conocemos, ha dado pasos de gigante. Y si de energía solar hablamos, debemos citar las células solares. Algo que sigue evolucionando y que, con sus nuevas tecnologías, prometen aumentar su eficiencia, reducir el precio y expandirse al máximo.
Se estima algo importante: según los datos que tenemos, para el año 2030 los avances van a impulsar una revolución en el autoconsumo sin precedentes. Algo que va a permitir que tú y yo podamos generar nuestra propia electricidad de forma sostenible.
Células solares de heterounión y en tándem: mayor eficiencia y menor precio
Las células de heterounión combinan capas de diferentes materiales que son semiconductores, algo que permite absorber una mayor cantidad de luz y generar todavía más electricidad. Algo que hasta ahora era difícil con el material típico de las células, el silicio.
Por otro lado, las células en tándem son las que usan múltiples capas delgadas de distintos materiales para captar varias longitudes de onda de luz. Esta tecnología promete superar las limitaciones que tiene hoy por hoy el silicio y aumentar la eficiencia de los paneles solares.
Perovskita: el material del futuro para la energía solar
Las células solares de perovskita han ganado interés dentro y fuera de la comunidad científica. Todo gracias a su alto potencial y también a su bajo precio a la hora de producirla. Este material, que fue descubierto ya por el año 1839, tiene grandes propiedades semiconductoras. Propiedades que permiten absorber la luz mucho mejor que el silicio.
Entre sus ventajas destacan:
- Facilidad de fabricación sin necesidad de que tengan muy altas temperaturas.
- Capacidad de depositarse sobre diversas superficies.
- Posibilidad de ajustar su estructura para captar más energía solar.
A pesar de su potencial, la perovskita tiene un reto: el desafío de la estabilidad, ya que se degrada con la humedad y el oxígeno demasiado fácilmente. Sin embargo, los últimos avances han mejorado su durabilidad, acercándola a la viabilidad comercial. Se espera que para el año 2030 las células solares de perovskita sean más baratas y accesibles para “el resto de mortales”.
Nuevas formas de instalación: más allá de los techos
El espacio que hay hoy para instalar paneles solares es un factor clave en la expansión del autoconsumo. Por y para ello, se están desarrollando otro tipo de ideas que aprovechan infraestructuras que ya hay hoy disponibles. Algo que supone un ahorro en dinero, tiempo y recursos.
Paneles solares flotantes
Los sistemas flotavoltaicos permiten instalar paneles solares sobre cuerpos de agua, como embalses e incluso sobre lagos. Estos sistemas dan muchos tipos de beneficios adicionales, como la reducción de la evaporación del agua y el enfriamiento natural de los paneles, algo que mejora expresamente su rendimiento.
Paneles solares en canales
Cubrir los canales de distribución de agua con paneles solares da electricidad y también reduce la evaporación del agua en regiones áridas. Este enfoque, ya implementado en países como India y Estados Unidos, tiene un enorme potencial para expandirse prácticamente en todo el mundo.
Agrovoltaica: energía solar en el campo
La agrovoltaica combina la agricultura con la producción de energía solar al instalarla de lleno en diferentes lugares:
- Proteger los cultivos del sol excesivo.
- Reducir la necesidad de riego al disminuir la evaporación del agua.
- Generar electricidad para el funcionamiento de equipos agrícolas.
Con estos avances, la energía solar puede dejar de depender exclusivamente de instalaciones en techos y terrenos baldíos, integrándose de manera mucho más eficiente en diversas infraestructuras.
La clave ahora es fomentar la inversión y la implementación de estas soluciones para aprovechar el potencial que tiene y hacer que, en el año 2030, la Tierra vuelva a sonreír como lo hacía antes.