Las redes inteligentes son también conocidas como Smart grids, redes que se están consolidando como un pilar clave en lo que ya es una carrera: la carrera por conseguir energías limpias.
Su implementación está cambiando dos cosas: cómo consumimos y cómo distribuimos la electricidad. Así, cada vez se está permitiendo integrar energías más limpias y sanas para todos, claves en el futuro energético del planeta.
¿Qué son las Redes Inteligentes exactamente?
Las redes inteligentes son unos sistemas que distribuyen electricidad, en su caso, usan tecnologías de carácter digitales para mejorar desde la eficiencia hasta la flexibilidad del propio suministro. Es decir, hacen que las cosas vayan bien.
Además, a diferencia de las redes que todos conocemos y que gestionan la electricidad de manera unidireccional, las Smart grids permiten un flujo más bidireccional. Algo que hace que los usuarios puedan convertirse en dos cosas: no solo consumen la energía, también pueden producirla.
¿Cómo funcionan las redes inteligentes?
Estas redes inteligentes operan gracias a que se ha conseguido implementar sensores, contactores inteligentes y también software avanzado. Todo ello recopila y analiza datos en tiempo real.
Por ejemplo, los sensores que se han instalado a lo largo de la red junto a los contadores en directos hogares o en empresas, recogen información y así se puede optimizar el propio funcionamiento de la red y anticipar incluso fallos y averías.
Ventajas de las Redes Inteligentes
Usar redes inteligentes tiene más ventajas de las que podemos imaginar, entre ellas tenemos:
Integración de energías renovables
Uno de los mayores beneficios de las redes es la capacidad que tienen para integrar fuentes de energía renovables en la red. Todo ello, de manera eficiente. Las energías de carácter eólico y solar, por ejemplo, dependen de factores externos.
Las Smart grids pueden gestionar pequeños contratiempos y distribuir la energía de forma más sostenible y estable. Un sueño.
Resiliencia y seguridad
Las redes también hacen que las infraestructuras sean, al menos, algo más fáciles. Son, por tanto, capaces de detectar y también de solucionar problemas más rápido, evitando interrupciones durante más tiempo en el suministro. Esto mejora no solo la fiabilidad, sino también la seguridad de la red.
Eficiencia energética
Otro beneficio es la mejora de la eficiencia en materia energética. Los contadores permiten monitorear el consumo de energía en tiempo real, lo que les permite ajustar su comportamiento para reducir el uso «tonto» y, por lo tanto, mejorar la eficiencia. Además, los operadores de la red pueden identificar pérdidas como el fraude energético, algo demasiado común últimamente.
La tecnología detrás de las redes inteligentes
Es ese componente digital lo que distingue a las redes inteligentes de las que todos conocemos hoy. Los sistemas de gestión y la automatización, los dispositivos conectados, así como los contadores inteligentes y los famosos dispositivos IoT, son vitales para esto.
Estos dispositivos hacen que se puedan recopilar datos de manera mucho más precisa y tomar decisiones, algo que facilita la gestión y el control de la red. Además, el uso de la Inteligencia Artificial y el Big Data permite anticipar problemas. Y mucho.
Desafíos y oportunidades para el futuro
A pesar de las ventajas que las redes inteligentes dan, su implementación aún tiene más de un desafío. La necesidad de inversiones en infraestructura, así como la actualización de la legislación o la adaptación de las tecnologías que hay hoy, son obstáculos a superar. Sin embargo, la transición hacia redes inteligentes también es una oportunidad para el sector energético.
Las smart grids son esenciales en el mundo que hoy estamos viviendo. Y sí, es cierto que queda mucho por hacer, queda mucho por mejorar, pero lo que está claro es que vamos en la dirección correcta.