Hoy vivimos un gran debate a nivel mundial. Un debate centrado en la energía, ese término cada vez más conocido por todos. Y si hablamos de energía, no podemos dejar de citar una de las más conocidas: la energía nuclear.
Seguro que, si piensas en ella, no la ves precisamente como algo positivo, sobre todo debido a ese recuerdo colectivo que tenemos de la conocida central de Fukushima.
Sin embargo, no todo es tan negativo como parece. De hecho, recientemente ha surgido una voz con la que nadie contaba defendiendo esa energía nuclear. Es Patrick Moore, uno de los fundadores de Greenpeace.
El ecologista canadiense fue el que en 1971 se embarcó de lleno en un velero, para protestar contra las nuevas centrales nucleares construidas en las islas Aleutianas. Es el mismo que hoy asegura que la fisión atómica puede, literalmente, salvar al mundo.
Del “holocausto” atómico a la salvación climática
Moore abandonó hace más de 40 años Greenpeace y hoy parece haber dado un giro radical en todas sus ideas. De hecho, en un artículo que se ha publicado hace poco en The Washington Post, ha defendido algo que ha generado una gran controversia: la energía nuclear es una solución para evitar el colapso. Para evitar el cambio climático.
Así, lo que hace décadas decía ser un auténtico holocausto, hoy lo llama bendición. Según él, el movimiento ecologista debe modernizarse y superar mitos de los que, en parte, mucha gente se ha beneficiado (y no para bien).
Riesgos asumibles frente a una amenaza mayor
Los comentarios de Moore no niegan en absoluto que la energía nuclear no suponga grandes riesgos. En cambio, lo que intenta hacer ver es que pueden ser incluso menores que la amenaza del cambio climático. Reconoce que la propia seguridad de las plantas nucleares, así como el terrorismo o, peor aún, la cada vez más alta presencia de armas nucleares, son problemas a considerar.
Sin embargo, cree que son cosas que se pueden gestionar. Propone reciclar el uranio y el plutonio o el uso de la fuerza para que países como Irán no utilicen la energía para fines militares.
La polémica figura de Patrick Moore
La figura de este personaje se ha vuelto tan viral como polémica. Hay algunos críticos, como el propio Remi Parmentier, también exGreenpeace, que lo han acusado de haberse vendido a intereses industriales. De hecho, desde el año 1991, Moore dirige Greenspirit, una consultora ambiental que colabora con sectores industriales muy alejados del ecologismo tradicional. Para muchos, se ha vendido.
Pero Moore no está solo en esta defensa. El científico James Lovelock, creador de la Teoría Gaia, también ha pedido que volvamos a la energía nuclear cuanto antes. Lovelock afirma que, aunque sea mala para el hombre, puede salvar al planeta. Afirma también que ya no hay tiempo para esperar que las energías renovables sean autosuficientes. Lo hemos hecho mal y ahora, es tarde para eso.
Cada vez más expertos dicen que la energía nuclear no es la solución final, sino esa transición a un sistema más limpio. Tiene capacidad de generar mucha electricidad sin emitir carbono, y eso la hace ser una aliada temporal, al menos, mientras se desarrollan nuevas tecnologías. Países como Francia, Suecia o Canadá ya lo han demostrado con éxito.
¿Traición a la ecología, evolución o supervivencia del planeta?
La pregunta que plantea Moore, más allá de quién sea, es cuanto menos profunda: ¿puede el ecologismo evolucionar sin traicionar sus principios? Si ser ecologista es proteger el planeta y frenar el cambio climático, tal vez ha llegado el momento de volver a evaluar esos mitos o dogmas.
Tal vez, la energía nuclear, con todos los riesgos que conlleva, puede ser la solución que la Tierra espera para salvarse. Lo que está claro es que no son cosas que puedan ser ignoradas por razones ideológicas. Esto, puede ser un lujo que el planeta… no está dispuesto a permitirse.