El uso de los procesadores fotónicos está a punto de marcar un nuevo hito en esta era de la IA. El hecho de poder transmitir 100 veces más información con menos consumo de energía es, cuando menos, cautivante.
Recientes estudios han demostrado la viabilidad de esta innovadora tecnología y la repercusión que puede tener en el futuro inmediato. Este salto cuántico viene de la mano del MTI, donde los experimentos han sido muy satisfactorios. Veamos de qué se trata.
Procesadores fotónicos: hágase la luz
Cuando hablamos de procesadores fotónicos nos estamos refiriendo a chips fotónicos. Entonces, ¿qué son los chips fotónicos? Son dispositivos que se valen de la luz para procesar y transmitir la información.
A diferencia de los chips convencionales que trabajan con electrones, los fotónicos utilizan luz para hacer el mismo trabajo. Son particularmente valiosos en el diseño de redes neuronales profundas, las cuales realizan cálculos manejando mucha densidad de información.
La ventaja más resaltante es que se acelera de forma impresionante la velocidad de procesamiento. La otra ventaja tiene que ver con el consumo de energía, que se reduce de manera drástica.
Aunado a esto, al no emplear electrones, se reduce casi por completo la generación de calor. De manera que el avance en materia de manejo y consumo de la energía se pierde de vista.
Aplicaciones de procesadores fotónicos
El uso de procesadores fotónicos será crucial en la fabricación de las ya citadas redes neuronales, que son las encargadas de hacer cálculos complejos. Estos incluyen el gran volumen de datos del que hacen uso, por ejemplo, los carros autónomos.
De igual manera, las redes 5G tendrán un impulso sin precedentes porque se podrá incrementar la velocidad de procesamiento. En el caso de la telefonía, garantizará un manejo inimaginable de datos a mayor escala y con mínima pérdida de energía.
Ventajas sin precedentes
Los procesadores fotónicos, a diferencia del electrónico, promete ventajas nada despreciables en un sinnúmero de aplicaciones.
- Mayor velocidad. La velocidad de la luz (y por ende, de los fotones) es inmensamente mayor a la de los electrones. Se ha logrado ya experimentalmente transmitir datos a velocidades superiores a los 100 Gbps.
- Menor consumo. El fotón en su viaje por el espacio no genera calor, a diferencia de los electrones. Por lo tanto, la pérdida de energía en forma de calor es prácticamente nula, reduciendo el consumo eléctrico.
- Escalabilidad. El chip fotónico está fabricado con muchos canales ópticos para transmitir simultáneamente, haciéndolo más escalable. Es decir, que aunque aumente la densidad de información, no es necesario incrementar su tamaño.
- Inmunes a interferencias. Los chips que usan electrones son susceptibles de interferencias electromagnéticas. Los que usan fotones no, funcionando perfectamente en entornos de mucho electromagnetismo.
Por todo esto y más, los chips procesadores fotónicos representan un valioso avance.
Qué depara el futuro inmediato
Los chips fotónicos representan el futuro en el procesamiento y transmisión de cantidades cada vez más grandes de datos. El reto más inmediato entonces es su fabricación a gran escala.
En ese sentido, el factor costo es el primer escollo para adoptar masivamente esta tecnología. El otro factor tiene que ver con la capacidad de poder adaptar estos diseños a las redes ya existentes. Aquí, la palabra clave es integración.
El resultado será la competitividad
No cabe duda de que la adopción de los procesadores fotónicos sentará un precedente definitivo. Específicamente en el sector industrial, significará un enorme avance en lo que a competitividad se refiere. De manera que, no está muy lejana una gigantesca transformación a niveles jamás vistos en sectores claves de la economía mundial.