La calefacción por infrarrojos representa una opción novedosa entre las tecnologías disponibles para la climatización del hogar. Pero, como suele pasar con cualquier nuevo tipo de producto que se presenta en el mercado, hay un escepticismo entre los consumidores sobre su eficiencia. Para ayudarte a aclarar las dudas, hemos preparado el siguiente artículo, donde te indicamos si esta tecnología es mito o si en realidad funciona y permite ahorrar en la factura de electricidad.
Antes de entrar en detalles sobre la calefacción por infrarrojos, es necesario repasar cómo funciona la calefacción tradicional (radiadores, estufas y chimeneas). Hay una fuente centralizada donde se genera calor, y este se distribuye por los espacios a través del aire o el agua. De esta forma, tu cuerpo se calienta indirectamente, por el calor del aire y de los objetos que te rodean.
Antes de entrar en detalles sobre la calefacción tradicional debemos comprender como funciona la calefacción tradicional, es decir, los radiadores, estufas y chimeneas. En ellos hay una fuente central donde se genera calor, y este se distribuye por los espacios a través del aire o el agua. De esta forma, los cuerpos se calientan indirectamente, por el calor del aire que lo rodea.
Otra cuestión que seguro habrás notado al exponerte directamente al sol en un día frío y sin viento es que la sensación térmica que experimentas es superior a la temperatura del ambiente. Por ejemplo, aunque la temperatura del medio sea de 15°C, bajo un buen sol tu sensación térmica se puede ubicar en unos 20°C, sobre todo si vistes ropa de color claro.
La calefacción por infrarrojos en el hogar justo imita lo que ocurre cuando te calientas directamente bajo el sol. Usa un panel que genera emisiones en el espectro infrarrojo que calienta los objetos de forma directa. ¡Es como tener un sol invisible dentro del propio hogar!
¿Realmente funciona la calefacción por infrarrojos?
La respuesta es que la calefacción por infrarrojos sí funciona, aunque no necesariamente mejor que las tradicionales. El ahorro energético que ofrecen los sistemas por infrarrojos se debe básicamente a que requieren una menor temperatura en el termostato. Por ejemplo, puedes colocar el termostato en 19°C y tener una sensación térmica de 21°C. Esos 2°C de diferencia a la larga significan un ahorro apreciable en la facturación eléctrica.
Otra ventaja que ofrece la calefacción por infrarrojos y que incide directamente en el ahorro energético es el calentamiento instantáneo. Los paneles infrarrojos alcanzan su potencia de funcionamiento en pocos minutos, lo que elimina la necesidad de precalentar los espacios en largos períodos. Dependiendo del clima de la zona, esto puede significar hasta una hora menos del consumo eléctrico diario relacionado con la climatización del hogar.
Veamos ahora los inconvenientes de esta tecnología. El principal es que los paneles infrarrojos deben ubicarse adecuadamente para que se alcance a calentar las zonas deseadas. Esto debido a que cualquier objeto mal ubicado puede hacer sombra a la emisión de los paneles, y así impedir que el calor llegue hasta donde se necesita.
Lo anterior suele significar que, previamente a la instalación de los paneles, se requiera hacer algunas adecuaciones a los ambientes. Mover algunos muebles es relativamente sencillo, pero modificar paredes no lo es para nada. Y estos costos deben sumarse a los de la instalación de la calefacción por infrarrojos. También puedes dejar todo como ya está, pero sabiendo que este sistema no ofrecerá toda la eficiencia que es capaz de entregar.
Como has podido observar, la calefacción por infrarrojos no es un mito, pero tampoco es una panacea. Simplemente, bajo determinadas circunstancias, puede ser más eficiente que los sistemas tradicionales de calefacción. Eso sí, no olvides que cualquier sistema de aclimatación, sea tradicional o novedoso, demanda un adecuado aislamiento del hogar para su correcto funcionamiento.
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