La energía solar está transformando la manera en que concebimos el uso de la energía en cada ciudad. Aunque normalmente, esta energía solar se ha asociado a paneles instalados en techos, los que todos conocemos, en los últimos años hay innovaciones que permiten integrar esa fuente con otros elementos de la infraestructura urbana.
Un ejemplo son las conocidas como carreteras solares, una tecnología única que busca convertir el asfalto en generador de electricidad. Aunque la idea suena muy futurista, ya existen proyectos que están probando su viabilidad. Pero, ¿es posible que las carreteras solares sean reales?
La primera carretera solar del mundo
Francia ha dado el primer paso hacia la implementación de las carreteras solares. En el pueblo de Normandía, Tourouvre-au-Perche, esta carretera se inauguró en el año 2016. Este tramo, que cubre un kilómetro de distancia, tiene nada menos que 2.800 m² de paneles solares. Paneles que se han incorporado de manera directa al asfalto. Los paneles están cubiertos por una resina de material de silicio que permite que los paneles puedan soportar el peso de más de 2.000 coches diarios sin sacrificar la eficiencia energética ni, por supuesto, la adherencia de los neumáticos a la carretera.
La apuesta dice que, tras unos dos años de prueba, se pueda evaluar los resultados y decidir si es posible o no, extender el proyecto a una mayor cantidad de kilómetros de carreteras en Francia.
Beneficios potenciales de las carreteras solares
Uno de los principales atractivos de estas carreteras solares es la capacidad que tiene para generar electricidad de forma local. Es decir, para las cercanías. Como el pavimento solar se fabrica directamente en carreteras que ya existen, no se necesita construir nuevas. Algo que es un gran ahorro económico a corto y largo plazo.
Además, esta energía producida puede usarse para abastecer ciertas necesidades, como el alumbrado público, los semáforos o incluso zonas de descanso en carreteras donde, hoy por hoy, no hay acceso a la red (al menos en muchas de ellas)
Según algunos datos de la Agencia de Medio Ambiente francesa, solo 15 m² de pavimento se puede dar energía para alimentar varios semáforos. Un kilómetro de, por ejemplo, tiene el potencial de abastecer de energía a una ciudad de unos 5.000 habitantes. Esto ofrece da una mejor solución para áreas rurales o zonas donde no hay acceso a la red eléctrica.
Los desafíos y críticas a las carreteras solares
A pesar de todas las ventajas que tienen las carreteras solares, aún tienen muchos desafíos y críticas por delante. En primer lugar, el precio de instalarlos sigue siendo alto. Según los cálculos, el precio del kilovatio que se genera por el asfalto es de unos 17 €, mucho más de lo que es 1,3 €. Lo que cuesta producir un kilovatio de energía en paneles solares que todos conocemos. Esto es lo que genera muchas dudas sobre si es o no rentable. Sobre todo si se considera que la energía que se genera por estas carreteras solares, aún es demasiado baja. Al menos, por ahora.
Como ves, las carreteras solares son una novedad fascinante que puede cambiar la forma que entendemos la energía e incluso, de conducir. Sin embargo, este tipo de proyectos todavía está «en pañales». La tecnología tiene que avanzar todavía más para que cosas así sean realmente posibles o, mejor dicho, rentables. El tiempo dirá si esta tecnología se convierte en una opción viable para el futuro, pero por ahora, las carreteras solares siguen siendo una muestra de lo que podría ser el futuro de la energía limpia y sostenible. El futuro, sea como sea, está más cerca y es más sostenible de lo nunca pensado.